Una de las recomendaciones más reiteradas por especialistas del sueño, es que es una pésima costumbre ver tu teléfono móvil antes de dormir, ya que la exposición a la pantalla suprime la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño, y esto confunde al cerebro, que interpreta que aún es de día, retrasando el inicio del sueño y afectando sus fases profundas y reparadoras.
Sin embargo, un reciente estudio publicado este verano boreal en la revista Sleep Health sugiere que el uso nocturno de la pantalla a la hora de acostarse por parte de los adultos podría no ser tan perjudicial para el sueño como se creía anteriormente.
Cómo se hizo el estudio
Los investigadores investigaron el uso de pantallas a la hora de acostarse (usando pantallas en la cama o dentro de una hora antes de acostarse) y la salud del sueño de más de 1,000 adultos en Canadá. Más del 80% informó haber estado frente a las pantallas durante la hora de acostarse en el último mes, y casi la mitad informó haber usado pantallas a la hora de acostarse todas las noches. Los investigadores clasificaron a los participantes en tres tipos de usuarios de pantallas a la hora de acostarse: ocasionales (menos de una vez a la semana), moderados (de una a cuatro veces a la semana) y regulares (5 o más veces a la semana).

En particular, “después de tener en cuenta el sexo biológico, la edad y los ingresos, tanto los usuarios ocasionales como los regulares informaron la mejor salud general del sueño”, escribió el equipo en el estudio. Los usuarios ocasionales de pantallas a la hora de acostarse tenían la mayor regularidad y satisfacción del sueño, y los usuarios regulares de pantallas a la hora de acostarse tenían el mejor tiempo de sueño y estado de alerta durante el día. Los usuarios moderados informaron la peor salud del sueño.
“La cobertura anterior de la luz azul no ha tenido en cuenta la edad, el momento y la intensidad de la exposición a la luz azul al hacer generalizaciones radicales sobre esta investigación”, dijo Colleen Carney, coautora del estudio y directora del Laboratorio del Sueño y la Depresión de la Universidad Metropolitana de Toronto, en un comunicado de la universidad. “Puede haber razones para ser cautelosos con la exposición excesiva a la luz azul por la noche para los adolescentes, ya que la pubertad aumenta la sensibilidad a la luz. A medida que envejecemos, no somos tan sensibles a la luz y hay efectos del ojo relacionados con la edad que hacen que la luz sea menos perjudicial”.
“La asociación entre el uso de la pantalla a la hora de acostarse y la salud del sueño parece compleja, ya que la frecuencia de uso de la pantalla a la hora de acostarse, la dimensión de la salud del sueño medida y el sexo biológico pueden influir en esta relación”, admitieron los investigadores en el nuevo estudio. “Se necesita más investigación para comprender la salud del sueño y la asociación con el uso de pantallas a la hora de acostarse y los moderadores de esta relación en los adultos”.
“Si duerme y se siente mejor con una hora de acostarse más temprano para su dispositivo, conviértalo en un nuevo hábito. Si no se nota una diferencia, como las personas en este estudio, el dispositivo no es el problema que nos han hecho creer”, concluyó Carney.