Era una cuestión de tiempo y pese a ello, en nuestra imaginación nos costaba visualizar la escena de un policía sujetando del cuello a un sospechoso y empujando su rostro para colocarlo frente a un iPhone. Y sí, ese día ha llegado. Las autoridades han detenido a un sospechoso de un gravísimo delito de pederastia y le han instado a desbloquear su iPhone empleando FaceID, como sabes, la tecnología de reconocimiento facial de los móviles de la compañía.
Aunque la noticia ha saltado ahora a la luz, el suceso tuvo lugar el pasado 10 de agosto cuando un varón de 28 años de edad residente en el estado de Ohio fue detenido por ser sospechoso de enviar y recibir pornografía infantil en su móvil. La policía contaba con una orden judicial que le permitía instar al detenido a desbloquear su iPhone, y el acusado obedeció sin pensarlo demasiado. La búsqueda dio sus frutos y se localizaron conversaciones con menores a través de Kik; de hecho, la detención ha tenido lugar gracias a un agente encubierto que se ha hecho pasar por un menor en esta plataforma de mensajería.
El asunto del desbloqueo de los móviles y las autoridades judiciales no es baladí y buena prueba de ello fue el enfrentamiento hasta las últimas consecuencias entre Apple y el FBI a cuenta del iPhone implicado en los pasados atentados que tuvieron lugar en San Bernardino; en aquella situación, los investigadores lograron por fin desbloquear el dispositivo pero Apple se negó en redondo a colaborar y dejó su tesis clara de cara a futuro: prima la privacidad del usuario.
¿Qué sucede en el caso en el que el acusado haya fallecido? Como recuerdan en Forbes, la tecnología FaceID solo funciona con seres vivos con lo que no se podría desbloquear un dispositivo y al estar la información cifrada, sería virtualmente imposible acceder al contenido. Estamos ante el complejo equilibrio entre la salvaguarda de la privacidad y el interés común.