Debido a que trabajo en el escritorio con una MacBook Air, decidí que era momento de tener un iPhone como dispositivo móvil por defecto; y sí, la integración que se da entre ambos equipos es envidiable. Eso y más aprendí de pasar de Android a iPhone.
Antes de continuar con los puntos importantes del proceso, debo decir que el modelo por el que opté fue el iPhone 13 Pro, el que guarda, según mi opinión, el mejor equilibrio en todos los aspectos. Asimismo, he revisado —y lo seguiré haciendo— smartphones con Android durante mucho tiempo, lo que me permite notar las diferencias esenciales entre los sistemas operativos en cuestión.
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De Android a iPhone: lo que aprendí
Que la migración puede ser un dolor de cabeza
Hasta que llegue esa aplicación que promete mudar la copia de seguridad de Android a iOS por parte de WhatsApp, resulta complicado tener el historial de chats y archivos al pasar de un sistema operativo a otro. Es casi un hecho que se debe empezar de cero en la propiedad de Meta.
Con relación a los contactos —esenciales para las apps de mensajería instantánea o, más importante, para las llamadas telefónicas— es imprescindible considerar la aplicación Trasladar a iOS, lista en la Google Play, antes de comenzar a configurar el iPhone por primera vez. La plataforma, además de los contactos, permite pasar apps gratuitas, fotos y videos del viejo celular Android, por ejemplo.
Eso no quita que deberás iniciar sesión en las apps copiadas al iPhone de forma tradicional, a menos de que eches mano de tu gestor de contraseñas de confianza (tiene que estar disponible también en iOS).
En otras palabras, contar con un iPhone casi con la misma capacidad de elementos que tenías en Android puede requerir de mucha paciencia. Así que la advertencia aquí está.
Que compartir archivos es tan fácil como dar un par de clics
A Apple se le pueden criticar varias cosas, desde la eliminación de cargadores para sus iPhone hasta los pocos puertos en algunas de sus computadoras portátiles, pero lo que no es posible reclamarle es la buena integración que hace entre software y hardware.
En este sentido, es una maravilla trasladar las fotografías recién tomadas con el iPhone a la Mac, o poder escuchar el audio de una serie o película de Apple TV Plus en un sistema sonoro externo compatibles con AirPlay, todo ello sin cables ni una compleja configuración.
Para que quede más clara la importancia de este punto, basta decir que cuando quería pasar algunas imágenes de Android a una PC o incluso a la MacBook Air que utilizo regularmente, requería de apps o cables externos, los cuales no siempre están a la mano.
Que las fotos de iOS son buenas, pero también tienen límites
Especialmente para redes sociales, las fotos que toma iPhone tienen un buen despliegue. El trabajo de software realizado por los de Cupertino, sobre todo para destacar las áreas con luz, es tal que cualquier persona puede conseguir una imagen digna de compartir.
Apple pone por encima esa idea —aunque no explícitamente— de que los megapixeles no lo son todo, de tal modo que sería hasta este año que introduciría un sensor de 48 MP solo para algunos integrantes de su nueva serie de teléfonos.
No hay que equivocarse, no digo que las imágenes de iPhone 13 Pro son perfectas, lo que he comprobado al querer resaltar algunos primeros planos, al usar el zoom óptico a su máxima capacidad o cuando las condiciones de iluminación no son las mejores.
Lo mismo en video. Pese a que la compañía integra cada vez más elementos técnicos para conseguir clips de calidad, como el modo Cine, existen áreas de mucha oportunidad en la estabilización de video, por ejemplo.
Que es casi un hecho que se debe pagar por su servicio de nube
La firma californiana ofrece 5 GB gratis en su servicio de nube, iCloud. Es poco espacio para un respaldo de fotografías, contactos, recordatorios, notas, mensajes, libros y demás elementos que son admitidos por la plataforma, para ser sinceros.
Apple notificará cuando se haya llegado al límite de iCloud, además de ofrecer los esquemas disponibles para ampliar el espacio, algunos de los cuales se combinan con otros servicios (Apple One).
Es un hecho que quien haya decidido mudarse a iPhone de manea permanente tendrá que pagar por más espacio en iCloud, por lo menos, sobre todo por la seguridad que dan los respaldos de información. Sí, eso quiere decir otro servicio digital que se suma a la que podría ser ya una larga lista de suscripciones mensuales con costo.
Que la pantalla de iPhone es de lo mejor
Del lado de los mejores iPhone del momento está ProMotion, que permite que la pantalla cuente con una frecuencia de actualización de hasta 120 Hz. Dicho de otro modo, los momentos de acción y juegos con mucho movimiento lucen realmente fluidos.
Además, más allá del contraste y del brillo, pocas veces he visto un nivel de precisión como el que ofrece el display del iPhone 13 Pro en la reproducción de contenidos. No se presenta esa silueta acartonada en los personajes o un sutil filtro que, de una u otra manera, altera la imagen.
Navegar también por las distintas pantallas del equipo, con los íconos de las apps o widgets bien definidos, deja una buena impresión para quienes toman un iPhone por primera vez. Sí, todo ello pese a que la pestaña que alberga Face ID y la cámara de selfies ya parece fuera de lugar en la actualidad (se introdujo por primera vez con el iPhone X).
Que sí es más contundente decirle a una app “no”
Es un hecho: la mayor parte de las plataformas rastrea nuestra actividad en línea para mostrar “una mejor experiencia publicitaria”. Entonces, cuando en el iPhone se despliega una ventana emergente con un “solicitar a la app no rastrear” en una aplicación recién instalada, la sensación de tener un poco más de privacidad es mayor.
Además, en la configuración general del celular también se puede habilitar o deshabilitar este parámetro en las apps, así como tener más claridad de lo que quiere cada una sobre nosotros en términos de permisos.
La impresión que me queda con iPhone es que desde el principio se puede decir un enfático “no” a aquellas plataformas que han puesto en riesgo la privacidad de las personas en más de una ocasión. ¿O para qué quiero una mejor experiencia publicitaria de un desarrollo que se ha vuelto cada vez menos confiable? Sí, la otra posibilidad es ya no instalarla.