Chile se ha convertido en un ejemplo de por qué la energía solar puede ser una bendición a la vez que una maldición: muy buena para los consumidores, pero perjudicial para muchos negocios del sector energético.
Este año, entre enero y abril, el precio de la electricidad en algunas partes de Chile cayó a cero en 113 días, según informes de Bloomberg, poniendo al país sudamericano en camino de superar su “record” del año pasado, con 192 días de alimentación eléctrica a costo cero.
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Chile ha invertido mucho en la energía solar. 15 parques solares están programados para ser construidos, añadiéndose a las 29 granjas que suministran electricidad al Sistema Interconectado Central de Chile. Pero también otras muchas granjas solares se han desarrollado en el norte del país, como parte de una red separada. Y a pesar de que estos proyectos fueron impulsados originalmente por el crecimiento económico, y el aumento de las operaciones mineras, el crecimiento ha comenzado a estancarse, la producción minera ya no es tan activa, y claro, las plantas producen un exceso de energía en lugares que carecen de la infraestructura necesaria para gestionarlo.
Las redes del norte del país no están conectadas con las redes centrales, por lo que no se puede transmitir la electricidad del que tiene superávit al que tiene déficit. Estos excedentes hacer caer los precios de la electricidad de forma espectacular, hasta el punto de que Chile está entregando electricidad gratuita en ciertas zonas del norte del país.
El ministro de Energía de Chile, Máximo Pacheco, admitió que gran parte de los problemas fueron provocados por una expansión demasiado rápida y poco planificada en medio de una infraestructura inadecuada. “Chile tiene, al menos, siete u ocho puntos en las líneas de transmisión que se colapsaron y bloquearon, dejándonos ahora el desafío de solucionar estos enormes cuellos de botella”, dijo. “Cuando un país se embarca en un camino de crecimiento y desarrollo como el que hemos tenido, es obvio que surjan este tipo de inconvenientes”.
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Hay ya planes para solucionar el problema. Para el próximo año, el gobierno de Chile tiene la intención de crear una línea de transmisión de 1,865 millas, la cual conectará el norte y con el sistema central, permitiendo así transferir el superávit de energía. Aún así, el excedente de electricidad, y el abaratamiento de sus precios no es bueno para los negocio, ya que disuade a todas aquellas empresas que quieran desarrollar algún tipo de proyecto energético en el país austral.