Uber tiene que hacer las cosas algo distintas en Japón. Las estrictas regulaciones prohíben a los conductores no profesionales transportar pasajeros por dinero, por lo que el servicio de viajes compartidos y otros por el estilo apenas tienen presencia en uno de los mercados más lucrativos del mundo para servicios de transporte.
Cualquier oferta limitada de Uber en Tokio se ve inundada por las decenas de miles de taxis con licencia de la capital, cada uno con su propio conductor cuidadosamente equipado, con guantes blancos impecables, en un automóvil con apertura automática de las puertas.
Experimentando con diferentes maneras de aumentar su presencia en el país asiático —mientras camina por la cuerda floja reglamentaria— Uber llegó a un acuerdo hace dos años para ofrecer viajes en auto a personas mayores en varias áreas rurales, allí donde los taxis u otros servicios de transporte son escasos. Pero, comparado con la capital, la escala de este servicio es aún muy pequeña.
En el futuro, Uber planea lanzar un nuevo servicio, el cual significaría expansión más importante hasta el momento en la nación asiática, según ha podido saber Reuters. Lanzado en los próximos meses en la isla de Awaji, cerca de la ciudad de Osaka, Uber vincularía su aplicación con unas 20 compañías locales de taxis, ofreciendo viajes a los 150,000 habitantes de la isla como parte de un plan piloto.
La vocera de Uber Japón, Kay Hattori, dijo a Reuters que la compañía ahora se está «concentrando en llegar a acuerdos con compañías de taxis del país» y agregó que «nos gustaría expandir esto a nivel nacional».
Con las regulaciones de taxis en el país del sol naciente, el tipo de servicio de viaje compartido familiar para muchos estadounidenses todavía parece estar lejos de la mayoría de los ciudadanos de Japón.
Los competidores siguen haciendo sus propios negocios en el país, probando varios formatos para ver cuáles son más efectivos, a la vez lidian con los funcionarios locales y el sólido lobby de taxis de Japón.
Uber se enfrenta a una dura competencia del servicio Line Taxi, una rama de la aplicación de mensajería más popular de Japón. Al igual que el próximo servicio de Uber en Awaji, Line Taxi se ha asociado con empresas de taxis existentes para ofrecer viajes a pedido.
Pero eso no es todo. La empresa china Didi Chuxing y la japonesa SoftBank se han unido para lanzar un servicio de taxis en Japón este mismo año, al igual que Sony, que está desarrollando una aplicación que incorpora la inteligencia artificial para ayudar a que el servicio despache taxis a los clientes de manera más eficiente.
Los competidores sólidos en China, Rusia y el sudeste asiático ya han forzado a Uber a salir de esos mercados. La presión ahora es encontrar un formato que funcione en Japón.