Hace no mucho tiempo, incluso luego del 2000, aún se podían ver motores de gran cilindrada y niveles de potencia “elevados” para aquellos estándares. Por ejemplo, un V8 de 4.6 litros con 260 caballos de fuerza o un V6 de 3.1 con 140 hp, y eso era más que suficiente para divertirse en grande. Ahora, un cuatro cilindros de 2.0 litros y 200 hp pareciera ser un auto lento, pero, ¿cómo se logró eso? Fueron los turbos.
Puedes tener un motor de apenas 1.2 litros, tal vez uno de solo tres cilindros y 1.5 litros que, gracias a la ayuda de un turbo, te brinda 136 caballos o más, como el MINI Cooper. Tener un turbocargador en tu motor te ayuda a que con apenas unos cuantos centímetros cúbicos tengas altas cifras de potencia.
Un motor con turbo da lo mejor de dos mundos. Dado que el turbo empieza a soplar en alrededor de 2,000 revoluciones por minuto del motor, mientas uses tu auto por debajo de este régimen, el consumo puede ser bajo, pero al momento de requerir potencia basta con hundir el pedal del acelerador para que tu vehículo empuje de forma contundente; ahora tienes un auto rápido, y claro, que consume un poco más. Tú decides andar tranquilo y económico o rápido y con mayor consumo. Aquí aplican restricciones, no esperes que el motor W16 con cuatro turbos de un Chiron te brinde 36 millas por galón.
Al requerir menos cilindrada para obtener potencia, el bloque del motor será de menor tamaño: es muy diferente el volumen que ocupa y el peso que tiene un motor de 3.0 litros que el de uno 2.0, por ello se utiliza menos espacio en el vano del motor, lo que reduce dimensiones y, al tener menos peso que cargar, se disminuye consumo y mejora prestaciones.
Los motores sin turbo sufren conforme aumenta la altura sobre el nivel del mar, pues tienen menos oxígeno para hacer la combustión, así como pérdidas de caballaje. Podríamos generalizar que pierden un 1 por ciento de potencia por cada 328 pies (100 meros) de altura.
A un auto turbocargado, que introduce aire a presión al cilindro, no le afecta de manera significativa la altura. Por lo tanto, el desempeño de tu auto será similar en la costa que en una carretera de montaña.
Al tener menores dimensiones, el motor quema menos combustible, por lo cual hay menor generación de gases contaminantes. Si a esto le agregamos los últimos sistemas de auto start/stop e hibridaciones, se vuelven autos más amigables con el medio ambiente.
Desventaja: con ese bello silbar al tomar aire y luego el adictivo sonido que realiza la válvula de descarga, vas a querer conducir más rápido todo el tiempo. No te preocupes, esto se escucha solo en los que son un poco más deportivos; en tu SUV del día a día o en tu elegante Rolls-Royce, difícilmente escucharas esos ruidos (que lástima).