Su último prototipo autónomo llevará Toyota a CES 2019. Con el nombre en código de Platform 4.0 (o P4, para abreviar), toma la posta de la casa japonesa y su enfoque dual de los vehículos guiados por inteligencia artificial, con sistemas diseñados para conducir sin intervención humana o bien para asistir a los conductores de carne y hueso.
Como todas sus anteriores maquetas, se basa en el Lexus LS, el sedán insignia de la marca de lujo del fabricante asiático. Pero, a diferencia de los que le precedieron, inspirados en versiones anteriores del LS, el P4 ha sido implementado en una unidad de la flamante quinta generación.
Los ingenieros de Toyota optaron por la versión híbrida 500h, porque la batería que incorpora se puede usar para alimentar los sensores y las computadoras necesarias para la conducción autónoma.
El argumento es la clave del porqué muchos fabricantes de automóviles y empresas de tecnología tienden a elegir híbridos o eléctricos como plataformas de prueba para su tecnología de conducción autónoma.
Toyota detalló que el P4 tiene dos cámaras adicionales a cada lado de la carrocería. Además, cuenta con un par de nuevos sensores de imagen mirando hacia adelante y hacia atrás, que cuentan con chips de última tecnología.
Por su parte, el radar a bordo se ha ajustado para permitir un mejor campo de visión, según la casa nipona. El sistema lidar, que incluye ocho escáneres, es el mismo que ocupaba el prototipo de la anterior generación.
Puede ser un prototipo, pero el P4 fue diseñado para funcionar como un automóvil común y corriente. Al igual que las anteriores unidades de prueba, Toyota intentó integrar los sensores con la carrocería del P4, en lugar de simplemente adosarlos a ella.
Pero la joroba en el techo y los recortes en los guardabarros delanteros son subproductos no deseados de la innovación. La caja de la computadora montada en el maletero (que es más poderosa que antes, según la firma) también se reajustó para liberar espacio de carga.
Toyota está desarrollando dos sistemas de conducción autónomos: » Chauffeur» (“Chofer”) y «Guardian». El primero de ellos se encarga de todos los deberes, eliminando completamente de la ecuación a los humanos. El segundo permite que una persona mantenga el control y solo proporciona asistencia cuando la considera necesaria.
Los primeros P4 se unirán a la flota de prueba de Toyota esta misma primavera. El fabricante también se asociará con Uber en el negocio de los autónomos, invirtiendo $500 millones de dólares y suministrando una escuadra de la miniván Sienna. La empres asiática confía en que los servicios de viajes compartidos se constituirán en los principales clientes de los carros guiados por robots.