Por tradición, el rock ‘n’ roll ha ido en contra de lo tradicional. Se trata de meter ruido, romper instrumentos, y cantar sobre cosas que la sociedad educada preferiría callar. Es difícil pensar en un fabricante de automóviles más opuesto a la esencia anti-establishment del rock que Rolls-Royce.
Sin embargo, Rolls ha tenido como clientes a algunos de los nombres más legendarios en la historia de la música rock, quienes incluso han personalizado sus vehículos. Y ahora mismo el fabricante acaba de lanzar los primeros cuatro de nueve modelos Wraith inspirados en la la música rock británica, y que llevarán toques personales del gustos de Roger Daltry de The Who, Ray Davies de The Kinks, así como Ronnie Wood, Shirley Bassey y Giles Martin, hijos del productor George Martin, conocido también como el «quinto Beatle».
Los modelos quieren ser una muestra de las habilidades que tiene Rolls Royce en la personalización interna, y además ayudarán a algunas buenas causas. Rolls espera que cada uno de estos únicos Wraiths se conviertan en artículos de coleccionista, y donarán una parte de la venta a alguna organización benéfica que elija cada una de estas estrellas de rock.
Cada carro es un verdadero concurso de trivia. Roger Daltry en realidad se asoció con Rolls en la creación de dos modelos: uno inspirado en su carrera general, y otro que hace específicas referencias a la ópera-rock del año 1969 Tommy, de The Who. Uno cuenta con el famoso logotipo de la banda en su reloj de instrumentos, además letras de canciones grabadas en las puerta. El auto de Tommy viene con un trabajo de pintura inspirado en la portada del álbum, con aves en vuelo.
Cada modelo tiene el nombre del artista que lo diseñó grabado en las alfombrillas, así como en la base del «Espíritu del Éxtasis», la figura femenina que adorna el capó. Se debe decir que Rolls no siempre ha tenido este tipo de relación con las estrellas del rock. La compañía no estaba precisamente muy contenta cuando John Lennon cubrió su Phantom con un esquema psicodélico de la pintura en 1965. Pero los tiempos pasan y cambian.