El empuje adicional del motor turbo le da al sedán la ventaja que necesita para tomar la corona en su segmento.
Lo bueno
- Potente motor turboalimentado
- Elegancia por poco dinero
- Diseño sobrio y moderno
- Equipamiento de seguridad
Lo malo
- Lento sistema de infoentretenimiento
- Cámara de estacionamiento inútil con lluvia
- Frenado automático muy sensible
- Sin opción de caja manual
Cuando la actual tercera generación del Mazda6 se estrenó en 2012, nos cautivó de inmediato con estilo, elegancia, dinámica de conducción, una extensa lista de opciones estándar y bajos precios. Además, movió el cerco respecto de lo que pueden ofrecer los fabricantes en la relación de precio, calidad y equipamiento.
El ejemplar japonés siempre se ha destacado como una las mejores opciones entre la multitud de competitivos sedanes medianos. Entre sus rivales, se incluyen Honda Accord, Toyota Camry, Kia Optima, Hyundai Sonata, Nissan Altima, Chevrolet Malibu, Ford Fusion y Volkswagen Passat.
Sin embargo, un detalle no menor le impidió convertirse en el rey: solo llegó con un motor aspirado de cuatro cilindros y 187 caballos de fuerza, mientras que la competencia ofrecía seis cilindros o, al menos, un más potente sobrealimentado de cuatro.
Desde el anuncio, Mazda insinuó más potencia en su gama, promesa que cumplió con el CX-9, cuyo bloque turbo de cuatro cilindros se unió a la línea Mazda6 como un opcional. ¿El resultado? Un empuje adicional que le da al sedán la ventaja que necesita para tomar la corona en su segmento. ¿Valió la pena esperar? Sí. Y mucho.
Con precios desde $23,000 dólares, la unidad equipada con la mentada planta motriz es la versión Grand Touring de tercer nivel, con una etiqueta de solo $29,200 dólares. El Signature es el tope de gama y se comercializa desde $34,750 dólares.
El sedán Mazda6 bien podría ser un modelo de 2012, pero tiene un estilo pulido y está preparado para el futuro. El grupo principal obtiene fuentes retroiluminadas más finas, mientras que los medidores analógicos reemplazan la antigua pantalla LCD.
La decisión puede parecer contradictoria, pero el resultado final es un diseño más refinado y exclusivo. El panel central y HVAC también lucen más limpios. Y el cuero UltraSuede y el suave cuero Nappa lo convierten en el interior en un automóvil que cuesta mucho más del precio de lista.
Por supuesto, hay espacio adecuado para cinco adultos. La lista de tecnología incluye control de clima bizona, asientos delanteros con calefacción y refrigeración, navegación y un sistema de sonido Bose. Entre el equipamiento de seguridad, destacan detección de punto ciego, advertencia de colisión frontal con frenado automático y detección de peatones, advertencia de cambio de carril con asistencia de mantenimiento de carril y control crucero guiado por radar.
De todos modos, el dial estilo BMW iDrive y las mediocres velocidades de procesamiento del infoentretenimiento hacen que la interfaz y la experiencia interactiva se sientan débiles. Igual de deficiente es la cámara de estacionamiento de 360 grados, por sus vistas bajas y el hecho de que las gotas de lluvia la hacen inútil.
Su caja automática de seis marchas está afinada para adaptarse perfectamente a la banda de potencia del motor.
El propulsor Skyactiv-G de cuatro cilindros y 2.5 litros cuenta con 250 caballos turboalimentados, reforzados por la friolera de 310 lb/ft de torque (420 Nm), disponible desde muy bajas revoluciones. Sin opción de caja manual, la transmisión automática de seis velocidades está afinada para adaptarse perfectamente a la banda de potencia del motor.
El elegante turbo de presión dinámica hace que el retraso sea virtualmente inexistente. Mazda dice que alcanza un máximo de 5.000 rpm. Pero se enciende tan rápido que, si la nota del escape no fuese tan débil, fácilmente se podría pensar que hay un motor mucho más grande oculto debajo del capó.
Dado que es un compacto de cuatro cilindros, la parte delantera del Mazda6 sigue siendo ligera. Pero no hay que preocuparse, porque es un verdadero placer de conducir. La maniobrabilidad es increíblemente deportiva, con una excelente afinación del chasis y el control de la carrocería, todo gracias al inteligente sistema de control G-Vectoring.
En caminos sinuosos, se comporta de forma equilibrada y compuesta como un sedán deportivo de tracción trasera, solo que sin la tendencia a sobrevirar. Y gracias a la misma tecnología, junto con algunos sofisticados trucos en la suspensión delantera, el torque-steer (cuando la dirección se carga hacia un costado al acelerar) es prácticamente inexistente.
Para la rutina diaria, el Mazda6 regala viajes exquisitos, dado que no transmite los baches de las calles citadinas. También es bastante eficiente en cuanto a consumo de combustible, ya que la computadora a bordo reporta un promedio mixto de hasta 26 millas por galón (11.1 kilómetros por litro).
Para la rutina diaria, el Mazda6 regala viajes exquisitos, dado que no transmite los baches de las calles citadinas.
La sensibilidad del sistema de frenado automático, que forma parte de la tecnología de mitigación de colisión frontal, es algo delicada, especialmente en maniobras sorpresivas. En una ocasión, aplicó los frenos de manera innecesaria y automática durante un cambio a un carril, pese a que existía una clara línea de desplazamiento hacia adelante. Además, las llantas rugen un poco cuando el pavimento es áspero.
La marca japonesa ofrece una garantía básica de tres años y 36,000 millas (58,000 km) y una póliza de cinco años y 60,000 millas (97,000 km) para el motor y la transmisión. JD Power colocó a mazda solo un lugar por encima del promedio de la industria de 142 problemas por cada 100 vehículos nuevos producidos y vendidos, con 144. Esa es una mejora significativa con respecto a la encuesta de 2017, en la que el fabricante obtuvo 166. Esto representa un evidente aumento en la fiabilidad del vehículo.
El factor zoom-zoom regresa y coloca a tu sedán mediano en la primera línea del campo de batalla. Pero el aumento en el poder no es solo un impulso para alardear, sino que es también un ejercicio extremadamente bien ejecutado.
La adición del cuatro cilindros turboalimentado no hace nada para interrumpir la ya amada experiencia de manejo del Mazda6, su excelente factura y su suave estilo. El vehículo hace todo lo posible para completar la experiencia que todos esperábamos, partiendo por un motor más potente.