A pesar de que los autos de Fórmula 1 poseen más de 1,000 caballos de fuerza, el Lexus RC F se siente como uno de ellos en las calles de Dallas, Texas.
Bastó ponerlo en modo Sport+ para escuchar el rugir de su motor y la invitación a experimentar su poder. Con sus 472 hp, Lewis Hamilton sería feliz conduciéndolo.
Un auto que exige ser manejado a altas velocidades parece incomodarse en un paseo dominical. Su hábitat natural es más bien la pista de carreras; el tráfico citadino no lo deja ser el deportivo que quiere ser.
El Lexus RC F quiere ir a tope, quemar gasolina a altas revoluciones. Con los límites de velocidad, resulta algo muy cercano a un león enjaulado.
La unidad de prueba tenía un color amarillo flama que en la primera impresión parece ordinario, pero con el paso del tiempo se aprecia y enamora, sobre todo en la sesión fotográfica. El tono resalta las líneas japonesas del auto, mientras que su interior presentaba un poco común negro.
Dotado de un cada vez más escaso 5.0 litros con ocho cilindros en V, va de 0 a 60 millas por hora en 4.2 segundos. Para el tamaño del carro, sería como ponerle una turbina de jet a un Cessna.
La unidad de prueba tenía el paquete Performance, que agrega techo y alerones de fibra de carbono, que contribuyen a ahorrar peso, además de pequeños detalles interiores en el mismo material.
No es un vehículo que se compre por su comodidad. Con un chasis casi pegado al suelo, es difícil entrar y salir. La cabina tiene asientos deportivos que se sienten rígidos. Para sorpresa, sí cuenta con Apple CarPlay, pero le pena una pantalla táctil.
El Lexus RC F no es un producto económico: inicia en $64,900 dólares, pero los adicionales pueden llevarlo a $89,455 dólares.
Su precio es mucho más de lo que cualquiera sueña pagar por un auto, pero este carro te puede llevar muy rápido.