Sí: hemos estado esperando mucho tiempo para verlo, pero ha valido la pena cada minuto de demora. El último modelo de Pagani comenzó su producción en 2012, lo cual significa que hemos tenido que esperar nada menos que cinco años para ver el Huayra Roadster.
Y ahora, finalmente, tenemos una idea mucho más definida lo que puede ser este superdeportivo, posiblemente, el más hermoso construido nunca. Diseñado desde el principio como un convertible en lugar de hacer una re-ingeniería en el techo de un coupé, el Huayra Roadster tiene tanto un estilo único como un sistema de propulsión específico.
A diferencia de la mayoría de los convertibles, el Huayra Roadster es 176 libras más ligero que el coupé, y genera 34 caballos más de fuerza. Al igual que el coupé, un motor Mercedes-AMG V12 de 6.0 litros doble turbo se encuentra detrás de los asientos traseros, el cual produce 754 caballos, aún más que el hardcore Huayra BC. Esta mayor potencia y menor peso (alrededor de 2,800 libras en total) hacen que el Roadster sea notablemente más rápido que su homólogo de techo fijo.
Los ahorros de peso se deben en gran medida a su chasis monocasco de “carbo-titanium” y “carbo-triax”. Pagani dice que el material utilizado en su plataforma es aún más avanzado que el usado por los autos de Fórmula 1, siendo además un 52 por ciento más rígido en su arquitectura que el coupé. Se debe añadir a esto una transmisión de doble embrague que es —también— un 40 por ciento más ligera que otros sistemas similares, sumada a una suspensión de aleación de aluminio que “adelgaza” en un 25 por ciento la configuración del coupé.
Las 738 libras-pie de torque las alcanza también antes que el coupé, a 2,400 rpm. Los frenos Brembo —de seis pistones adelante, y de cuatro pistones atrás— mantienen la bestia a raya, a la vez que unos neumáticos Pirelli P Zero Corsa le ayudan a lograr un asombroso 1.8 g de agarre lateral.
Cada uno de los 100 modelos de producción ya han sido asignados a algunos afortunados por una suma nada desdeñable: $2.89 millones de dólares.