Las noticias de vehículos Tesla envueltos en llamas cada día son más comunes. Sin embargo, esta vez no tiene que ver con un auto que se incendia de manera espontánea, sino con un accidente de tránsito que, igualmente, terminó con un Tesla calcinado.
El hecho ocurrió en Austin, Texas, en la madrugada del jueves 12 de agosto en la que un hombre que conducía un Tesla Model X se estrelló contra un semáforo y luego en una estación de gasolina.
El conductor del vehículo salió ileso, pero el auto se incendió y los bomberos tuvieron varios problemas para apagar el fuego.
Precisamente, el jefe de bomberos explicó que para apagar un auto convencional se necesitan entre 1,800 y 3,600 litros de agua (500 a 1000 galones), pero en el caso de un Tesla aquellos números aumentan, ya que son necesarios entre 113,000 y 150,000 litros de agua (30,000 a 40,000 galones).
¿Por qué ocurre esto? Principalmente por las baterías de litio que utilizan estos autos y que implican un gran problema en caso de incendio. Si apagar un auto tradicional en llamas es complicado para los bomberos, un auto eléctrico es mucho peor, ya que las baterías de litio pueden alcanzar temperaturas de hasta 480 grados Celsius.
Y por si lo anterior no fuera suficiente, se agrega el hecho de que, una vez apagadas las llamas, es necesario seguir vigilando los restos del vehículo –y sus baterías— por el riesgo de que estas se vuelvan a incendiar, algo que puede ocurrir incluso 24 horas después.
Debido a este nuevo escenario, las estaciones de bomberos han tenido que actualizar sus protocolos para lidiar con vehículos eléctricos que se incendian. Eso sí, no parece que la situación sea igual en todas las marcas. Por ejemplo, BMW asegura que apagar un BMW i3 en llamas no debería requerir más agua que un auto tradicional.
Dicho todo lo anterior, también es justo decir que el riesgo de incendio de un vehículo eléctrico —Tesla o cualquier otro— es extremadamente bajo, tanto como el de cualquier otro auto.
Por cierto, el conductor del Model X incendiado en Texas fue detenido por conducir bajo la influencia del alcohol. En otras palabras, el vehículo se incendió debido a su imprudencia y no por una falla eléctrica.
En un comentario aparte, hay una cierta contradicción en el hecho de que un vehículo eléctrico sea en general mucho más amigable con el medioambiente pero que, en caso de incendio, para apagarlo haya que gastar cantidades gigantescas de agua.