Desde su cabina de tres asientos hasta su compartimiento de motor con revestimiento de oro, el F1 de McLaren estableció nuevos estándares para la ingeniería y aún es considerado uno de los mejores superdeportivos de todos los tiempos. Ahora, el diseñador del vehículo, Gordon Murray, está de vuelta con un nuevo superdeportivo que –según prometen- es aún mejor. El experto ha bautizado al T.50 como el «sucesor espiritual» del F1, pues tendrá el objetivo de proporcionar las mismas emociones pero utilizando la tecnología más vanguardista.
Cuando debutó en 1992, el F1 fue el auto de producción más rápido del mundo, con una velocidad máxima de 241 millas (388 kilómetros) por hora. Pero el T.50 (llamado así porque es el 50° automóvil que Murray ha diseñado) adoptará un enfoque diferente. De acuerdo con el afamado profesional oriundo de Sudáfrica, en lugar de perseguir números impresionantes, las principales prioridades para la T.50 serán minimizar el peso y maximizar el disfrute para el conductor.
«La realidad es que buscar velocidades máximas solo agrega peso, en particular a través de motores cada vez más potentes, lo que aumenta la necesidad de equipar los vehículos con accesorios más grandes y pesados. Para este proyecto, estamos adoptando un enfoque muy diferente», dijo Murray.
El T.50 se construirá principalmente a partir de fibra de carbono, lo que le dará un peso de solo 2,160 libras (980 kilogramos), es decir, aproximadamente 1,300 libras (590 kilos) menos que el flamante híbrido enchufable Ferrari SF90 Stradale. A diferencia de muchos superautos, el T.50 tendrá una carrocería relativamente compacta. De acuerdo con Murray, ocupará menos espacio que un Porsche 911, lo cual le otorgará más prestancia en carreteras sinuosas. El T.50 tendrá espacio para tres personas, así como un «amplio» lugar para equipaje. Al igual que en el F1, el conductor se sentará al centro de la cabina.
La potencia provendrá de un V12 de 3.9 litros, diseñado específicamente por el legendario desarrollador de motores Cosworth. El bloque generará 650 caballos de fuerza y 331 lb/ft (449 Nm) de torque, pero lo más sorprendente es su capacidad para acelerar a estratosféricas 12,100 revoluciones por minuto. La potencia del V12 central se enviará a las ruedas traseras a través de una transmisión manual de seis velocidades.
Aunque el T.50 fue diseñado para hacer olvidar al McLaren F1, también incluye una característica notable inspirada en uno de los otros autos de Murray. Un ventilador absorberá el aire debajo del vehículo para aumentar su carga aerodinámica, al igual que el famoso Brabham BT46B de la Fórmula 1. La tecnología tuvo su debut y despedida con el triunfo de Niki Lauda en el Gran Premio de Suecia de 1978, pero posteriormente fue desechada por la propia escudería.
La producción del T.50 se limitará a solo 100 unidades, con un precio de más de dos millones de libras ($2.5 millones de dólares). Gordon Murray Automotive, la empresa creada para construir el T.50, espera comenzar las entregas en 2022. Compañías como esta –nueva y pequeña, pero con la aspiración de hacer cosas grandes- tienen la costumbre de no cumplir, por lo que no sería sorprendente que el proyecto quedara trunco.
Por mientras, McLaren está desarrollando su propio sucesor del F1. El Speedtail es un superdeportivo de 1,000 hp y 250 mph (402 kph). El fabricante ha aclarado que también fue diseñado teniendo en cuenta la comodidad y la facilidad de uso diario.