Algunos materiales de ciencia ficción y los distintos avances tecnológicos han sugerido que a estas alturas ya estaríamos dejando el tráfico terrestre para seguir un estilo de vida como el de Los Supersónicos, cubriendo los cielos con autos voladores accesibles. Sin embargo, aún no llegamos a ello.
Por eso, cabe preguntarse: ¿dónde están los autos voladores? ¿En qué estado se encuentra esta industria hoy día?
Empresas tecnológicas como la japonesa NEC Corp. han construido autos voladores de demostración como el APTOPIX, el cual, con su apariencia de dron con cuatro hélices, voló a una altura de tres metros durante casi un minuto en 2019.
Asimismo, compañías como Aeromobil tratan de construir y comercializar autos voladores con capacidad para una o dos personas aptos para circular. Sin embargo, estos de asequibles no tienen nada, ya que, por ejemplo, el de Jetson cuesta $92,000 dólares.
Luego, tenemos el impresionante AirCar de Klein Vision, una nave similar a un automóvil deportivo que en un video de junio de 2021 mostró sus capacidades. Este vehículo despegó desde un campo de hierba, voló hacia el aeropuerto de Bratislava, Eslovaquia, plegó sus alas de avión y se dirigió a la ciudad de manera terrestre.
Sin embargo, el mayor revuelo ha sido generado por los vehículos ETVOL, que en español significa “aeronave de despegue y aterrizaje vertical eléctrico”. Estos son taxis aéreos, como el Nexus de Bell, que están diseñados para transportar a cuatro pasajeros más un piloto (que desaparecerá cuando llegue la automatización completa) hasta 150 millas. Las naves utilizan múltiples rotores alimentados por motores eléctricos, los cuales se impulsan con baterías.
El Nexus fue un gran éxito en CES 2019 y recientemente reapareció en la exhibición “FUTURES” en el museo Smithsonian, aunque fue sin volar, y mucho menos con un pasajero que pagara por su viaje.
Cabe mencionar que el concepto de sistemas de transporte urbano que trasladan personas por aire ahora se conoce como Movilidad Aérea Urbana o UAM (su sigla en inglés). La FAA (Administración Federal de Aviación) imagina el concepto como “un sistema de transporte de aviación seguro y eficiente que utilizará aeronaves altamente automatizadas”. Estas “transportarán pasajeros o carga a altitudes más bajas dentro de áreas urbanas y suburbanas”.
Cuando se establezca, la UAM tendrá “un ecosistema que considere la evolución y la seguridad de la aeronave, el marco para la operación, el acceso al espacio aéreo, el desarrollo de infraestructura y la participación de la comunidad”.
Ahora, crear dicha infraestructura es un desafío completamente diferente a construir vehículos EVTOL exitosos y obtener la certificación de la FAA. De cualquier manera, ambos deberán lograrse antes de que puedan tener cualquier adopción generalizada de “automóvil volador”.
Uber ha sido uno de los mayores defensores de UAM, y promete el lanzamiento de vehículos aéreos en los mercados iniciales de Los Ángeles y Dallas–Fort Worth para 2023. De hecho, la compañía creó la red Uber Elevate para asociarse con otras compañías y construir una infraestructura y vehículos UAM.
En este sueño tecnológico, los EVTOL robóticos despegarían y llevarían pasajeros/clientes por aire hasta por 100 millas en una red electrónica sobre una autopista concurrida. Y al aterrizar, los pasajeros serían recibidos por vehículos terrestres de Uber que los llevarían a sus diferentes destinos.
Parte de esta idea fue mostrada durante CES 2020, cuando Hyundai se asoció con Uber para presentar una maqueta de tamaño completo de una embarcación EVTOL. Compartiendo marca con Uber Elevate, el concepto de movilidad aérea urbana eléctrica titulado Hyundai S-A1 dejó a todo el mundo impresionado.
Desde ese momento, Hyundai ha girado parte de su compañía hacia los autos voladores; su nueva división dedicada a ello se llama Supernal. Se espera que el primer taxi aéreo EVTOL entre en servicio en 2028.
Por otro lado, una compañía exsocia de Uber Elevate, Embraer, está creando su propio grupo EVTOL llamado Eve. La nueva empresa se hará pública mediante SPAC (compañía especial con propósito de adquisición) con una valoración reclamada de $2,400 millones de dólares.
Lamentablemente, con la llegada de la pandemia, Uber se ha mantenido debajo de su precio de salida a la bolsa. Así que, quizá por temas de rentabilidad y supervivencia durante una época complicada, Uber transfirió su grupo Elevate a Joby Aviation en diciembre de 2021.
Como parte del trato, Uber invirtió $125 millones de dólares en Joby, la cual tiene planes de lanzar un taxi aéreo de despegue y aterrizaje vertical totalmente eléctrico a partir de 2023. La compañía recaudó más de $835 millones de dólares y se hizo pública a través de SPAC en 2021.
Finalmente, está Blade Air Mobility, empresa conocida principalmente por ser un servicio de reserva de asientos para helicópteros e hidroaviones en la costa este de Estados Unidos. Esta anunció planes para ingresar al incipiente negocio de UAM con un pedido de 20 aviones EVTOL de Beta Technologies.
El EVTOL de seis pasajeros de Beta llamado Alia, que se dice que se entregará en 2024, tiene un alcance proyectado de 250 millas náuticas y una velocidad de crucero de 170 millas por hora.
Blade se autodenominó como la “primera empresa de movilidad aérea urbana que cotiza en la bolsa” cuando lanzó su SPAC en mayo de 2021.
En conclusión, existe una industria consolidada de “autos voladores” en la actualidad, aunque una basada en demostraciones, prototipos y conceptos. Lo bueno es que las ideas están, y al parecer, el dinero también, así que ahora solo queda esperar. Quién sabe, quizás podamos trasladarnos por los aires en un futuro no tan lejano.