Tu reacción al ver las imágenes de este artículo puede ser doble: o sientes mariposas en el estómago, o cierras de golpe tu computador/tablet/teléfono. Puede que incluso quieras lanzarlo contra la pared. Por supuesto, no somos responsables de los daños provocados. Como se suele decir: no maten al mensajero.
Pero, ¿qué demonios es exactamente lo que estás viendo? Pues vendría a ser el cuerpo de un Ford 1932 con un motor Ferrari V8 de 3.0 litros. Hay unas cuantas cosas más, claro, pero una cosa es cierta: una mezcla de esa magnitud sólo podría ser la idea de alguien que no esté muy cuerdo. Por nuestra parte, todo lo que sabemos sobre el constructor es lo aparece en Craigslist.
Si las insignias del Cavallino Rampante fueran eliminados, uno podría fácilmente pasar todo por alto y considerarlo sólo otro hot rod. Es rojo, el motor está expuesto, y los neumáticos traseros son tan grandes como pelotas de playa. Sin embargo, cuando la gente se entera de los $ 250,000 de su precio de venta —sí, sí: un cuarto de millón de dólares— generalmente comienzan a hacer algunas preguntas. Y aunque no podemos responder a todas, sí podemos darte algún que otro dato. Por ejemplo, que estos V8 de Ferrari son potentes, sí, pero no lo suficiente como para generar los 950 caballos de fuerza que mueven las ruedas traseras de esta monstruosidad. Para lograr este objetivo, se le agregaron un par de turbocompresores Turbonetics, unos intercoolers Mishimoto, un radiador de aluminio, y una transmisión manual Tremec de 6 velocidades.
Para compensar este caos, el vehículo también cuenta con frenos de disco (ocultos detrás de los frenos de tambor), una suspensión trasera independiente, una jaula de protección completa, ruedas de 18 pulgadas, asientos de carreras y panel de instrumentos digitales. Ah: y alza vidrios eléctricos. Y eso sería todo.
Ni siquiera vamos a especular sobre lo que Henry Ford II o Enzo Ferrari (que mantuvieron una enconada rivalidad durante los años 60) sentirían al ver sus nombres combinados en un solo vehículo, pero si apostaremos con que el creador del carro va a tener que negociar su precio. A ver, que puede que el vehículo esté bien, pero… ¿$250K? Veremos que pasa.