Si vas caminando o manejando y tienes la sensación de que hiciste contacto visual con un Mercedes-Benz Clase S, no será producto de tu imaginación. El sedán será parte de un programa piloto que probará, entre otras cosas, la capacidad de los vehículos autónomos para comunicarse con personas y otros automóviles.
Desde 1986, las empresas alemanas Daimler y Bosch vienen trabajando en un proyecto a gran escala de carros autoguiados. La alianza acaba de anunciar un periodo de prueba en un servicio de transporte compartido en San José, California. Al menos al principio, los viajes serán gratuitos y seguirán rutas específicas a través de Silicon Valley.
Las máquinas tendrán operadores humanos entrenados y certificados a bordo mientras transiten por la vía pública. De esa manera, se evitarán situaciones como el fatal atropello que protagonizó un prototipo Volvo XC90 de Uber, cuyo chofer se divertía con el catálogo de Hulu.
En la sinopsis en video, un sedán Clase S muestra varias características de reconocimiento y señalización para personas, otros vehículos y cualquier cosa que note. Por ejemplo, las luces azules montadas en el techo indican que el carro está en modo de conducción automática.
Si te encuentras con uno, recuerda que estará a punto de arrancar cuando levante su carrocería, pliegue los espejos y emita un sonido. Entre otras situaciones, el registro muestra también que sus luces parpadean dos veces advirtiendo la cercanía con un peatón.
«El vehículo imita el contacto visual natural entre el conductor y el peatón, como si dijera: ‘Te he visto'», cuentan en Daimler. A medida que el video continúa, el peatón sigue caminando justo al borde del camino mientras el vehículo se aleja en la dirección opuesta.
El objetivo de esta etapa del proyecto de Daimler y Bosch es «crear confianza y hacer que la comunicación entre las personas y los vehículos autónomos sea lo más intuitiva posible».
En Estados Unidos, comunicar vehículos con humanos puede ser más de lo que esta alianza germana imagina. En una sociedad habituada a los autos que hablan y expresan emociones, desde la comedia My Mother the Car en la década de los 60 hasta Kitt y el más contemporáneo Rayo McQueen, implementar la tecnología será cosa de tiempo.