Los grandes obstáculos que enfrenta la masificación de los vehículos eléctricos de batería son el tiempo de carga y la escasa infraestructura de reabastecimiento que existente hoy en día. El público general compara las horas que tarda en cargar un vehículo eléctrico y la dificultad de encontrar estaciones de carga con los pocos minutos que se llevan al llenar un tanque de gasolina en las abundantes estaciones de servicio que hay. ¿Adivina quién queda en desventaja?
Si bien la infraestructura de carga para vehículos eléctricos de batería crece como el pasto en los países industrializados, la reducción del tiempo de repostaje es otra historia. Si en 2021, después de más de seis décadas de desarrollo de teléfonos celulares, un iPhone 12 Pro Max, uno de los smartphones más sofisticados del mercado, tarda 2 horas y 27 minutos en cargar completamente su batería, ¿qué esperanza le queda a los vehículos eléctricos?
La verdad es que muchas. Si a algo nos ha acostumbrado la historia es a no dudar de la capacidad de la imaginación humana para resolver problemas. Hoy en día, la carga inalámbrica por inducción parece ser la respuesta más inmediata.
La carga inalámbrica por inducción permite a los vehículos eléctricos recargarse mientras están estacionados e incluso al circular por carreteras y calles preparadas especialmente para dicha tarea. Lo que no acorta los tiempos de carga, pero multiplica las oportunidades para reabastecer la batería del vehículo.
La carga inductiva funciona al crear un campo de resonancia magnética entre un sistema de transmisión en el suelo y una plataforma de recepción en la parte inferior del vehículo. Las señales inalámbricas enviadas entre el vehículo y el sistema de carga inician y detienen la carga.
La Sociedad Estadounidense de Ingeniería estableció un grupo de trabajo en 2007 a fin de crear un estándar para carga inalámbrica por inducción. Hoy el estándar J2954 logra una eficiencia de carga de 94 por ciento de red hasta la batería con una distancia al suelo de 10 pulgadas (25.4 cm).
El Departamento de Transporte de Indiana en Estados Unidos, o INDOT por sus siglas en inglés, y la Universidad de Purdue en ese mismo estado anunciaron un plan para integrar capacidades de carga inalámbrica en las carreteras del territorio al utilizar una mezcla de concreto magnetizable especial llamada “magment».
Magment, que fue desarrollada por una firma alemana del mismo nombre, está compuesta de cemento y partículas magnéticas recicladas, y según su fabricante tiene una eficiencia de transmisión inalámbrica récord de 95 por ciento. Magment, el fabricante, también hace alarde de “costos de instalación de construcción de carreteras estándar”.
El Programa Conjunto de Investigación de Transporte de la Universidad de Purdue ejecutará pruebas de pavimento, análisis e investigación de optimización este mismo verano. Una vez concluidas las pruebas, INDOT construirá una carretera magnética de 400 metros de largo en un lugar que no ha sido revelado, a fin de probar la capacidad del concreto para cargar camiones pesados, operando a 200 kilovatios y más.