Que la Ford F-Series domine la industria automotriz en Estados Unidos no es novedad: en 2021 completó 46 años como el modelo más vendido. La verdadera noticia fue la irrupción de Toyota como el fabricante más popular, tras desbancar a General Motors.
En un mercado con 14.95 millones de nuevas unidades vendidas, la compañía japonesa lideró con una participación de 16 por ciento. El emblema local, en tanto, debió conformarse con 15 por ciento, de acuerdo con la consultora JATO Dynamics.
Aunque 2021 fue una temporada amarga para las armadoras estadounidenses (Ford se estacionó en 13 por ciento y Stellantis no pasó de 12), ganaron terreno y bordearon las dos cifras la coreana Hyundai (9.9 por ciento) y la nipona Honda (9.8 puntos porcentuales).
Uno de los factores que explican la fortaleza de Toyota son sus automóviles compactos, más asequibles y eficientes que las SUV y camionetas. “Gran parte del crecimiento de nuestra cuota de mercado se produce en el sector de los carros”, sostuvo Bob Carter, el máximo responsable de ventas en Estados Unidos.
El ejecutivo remarcó que “los coches siguen siendo una parte importante del mercado”, en específico, 22 por ciento de la industria, según Edmunds.com. Con la inflación más alta en 40 años y la gasolina rondando los seis dólares por galón, parece muy lógica la postura de los consumidores.
“A diferencia de otras marcas, que han abandonado el mercado de los sedanes, nosotros optamos por doblar la apuesta”, complementó el ejecutivo.
Mientras GM, Ford y Stellantis se decantan por familiares y pickups, la nipona tiene un nutrido catálogo de sedanes y hatchbacks. El abanico parte con el Corolla desde $20,175 dólares y cierra con el Mirai de $49,500. La baraja incluye alternativas como Camry y Avalon, así como los híbridos e híbridos enchufables de la gama Prius.
Pero los precios y la variedad no son los únicos puntos altos de la firma japonesa, que tiene como subsidiaria la marca de lujo Lexus. Su menor sofisticación en el equipamiento le ha permitido sortear mejor que sus rivales la escasez de insumos.
Adicionalmente, la firma acostumbra a operar con un inventario reducido, según Brian Finkelmeyer, analista de Cox Automotive. “Dicen de manera constante: ‘Construimos las versiones básicas que sabemos que los consumidores están comprando’”, comentó a Bloomberg.
Pese a las bajas ventas por la falta de stock, puso más de medio millón de nuevas unidades en lo que va de 2022. Crucial ha sido en su desempeño comercial el éxito de modelos como el crossover RAV4, el coche más vendido en Estados Unidos de la marca. En el top 15 del primer trimestre, asomaron variedades como Highlander, Camry, Tacoma y Corolla, según la estadística de GoodCarBadCar.
Bloomberg alabó sus 18 versiones híbridas o híbridas enchufables, lo cual le permite cubrir la mitad de la demanda nacional de este tipo de vehículos. Además, lidera el mercado de los vehículos de menos de $50,000 dólares, afirman desde Cox Automotive.
Otro de los atributos de la marca es la fidelización de sus clientes. Según Ivan Drury, director sénior de Insights en Edmunds, llega a 67 por ciento. Lejos se hallan General Motors (56%), Stellantis (54%) o Ford (48%).
Una situación especialmente particular se da con Toyota y otras marcas extranjeras en Detroit, la meca de la industria estadounidense. Junto con Hyundai, que engloba a Kia y Genesis, capta de manera sistemática cuota de mercado en el área metropolitana, de acuerdo con S&P Global Mobility.
“Toyota está más allá de cualquier medida en este momento”, confesó Paul Zimmermann, socio del concesionario multimarca Matick Automotive, a Detroit Free Press. “No son más ventas que las de Chevrolet, pero sí en términos de demanda. Vendimos 75 Toyota el mes pasado [marzo], de ellos, 70 estaban comprados antes de llegar”, ejemplificó.