El Bugatti Chiron es uno de los autos más rápidos del planeta, pero la mayoría de quienes lo conducen nunca tienen la oportunidad de llevarlo hasta el límite de sus capacidades. ¿Por qué? Simplemente, porque no hay muchos lugares en el mundo con suficiente camino recto para que el ejemplar corra libre.
La excepción la constituyó un afortunado propietario, cuya identidad no fue revelada, que pudo experimentar todo el poder del superdeportivo de motor central en las Johnny Bohmer Proving Grounds, ubicadas en Merritt Island, Florida.
Así lo develó un registro audiovisual publicado en el canal de YouTube de la pista, que al cierre de esta edición contaba con cerca de 400,000 visitas, donde también tuvieron la deferencia de esconder la placa del carro.
La instalación incluye una recta de 2.7 millas (4.3 kilómetros), que suele servir para el aterrizaje para los transbordadores espaciales de la Nasa. Por mientras, es el lugar perfecto para ver qué tan rápido pueden irá un vehículo.
Cualquier detalle acerca del Chiron parece definitivamente caricaturesco. La bestia de Bugatti es propulsada por un motor W16 de 8.0 litros sobrealimentado con un cuádruple turbo, que produce 1,500 caballos de fuerza y un torque de 1,180 lb/ft (1,600 Nm).
Según la marca con sede en Francia filial del grupo Volkswagen, el propulsor asociado a una transmisión automática de siete relaciones envía la potencia a las cuatro ruedas y le permite llegar a las 60 mph (97 kph) en menos de tres segundos, pese a tratarse de un transatlántico de 4,400 libras (1,996 kilos).
El automóvil se fabrica en una pequeña fábrica en Molsheim, Francia, donde solo 20 empleados lo ensamblan a mano con más de 1,800 piezas. La empresa monitorea cada carro con telemetría, al estilo de las carreras automovilísticas, y envía técnicos a los domicilios de los propietarios cuando se detectan problemas.
¿Y qué pasa con la velocidad máxima? Los autos de los clientes están limitados electrónicamente a 261 mph (420 kph), que es exactamente lo que el propietario del video logró en Florida en exactos 60 segundos. Pero Bugatti afirma que Chiron puede ir mucho más rápido.
El CEO de la compañía, Stefan Winkelmann, aseguró que el auto tiene la capacidad de alcanzar las 280 mph (450 kph), lo que lo convertiría en el auto de producción más rápido del mundo. El registro actual lo tiene el Koenigsegg Agera RS, que en 2017 alcanzó las 277.9 mph (447.2 kph). En cualquier caso, la firma gala no ha dado luces para la eliminación del limitador de Chiron ni menos si lo someterá a una verdadera prueba de velocidad máxima.
A Bugatti le encantaría recuperar el récord de velocidad de los autos de producción, que alguna vez tuvo el predecesor de Chiron, el Veyron, pero la competencia es muy dura. De hecho, hay un par de empresas estadounidenses que afirman estar desarrollando superautos que puedan superar las 300 mph (483 kph).
El primero de ellos podría ser el Hennessey Venom F5, que ostenta una potencia de 1,600 hp gracias a su V8 biturbo de 7.6 litros, mientras que el SSC Tuatara usará un V8 sobrealimentado de 5.9 litros para producir 1,750 hp con E85, una mezcla de combustibles en la que prima el etanol, dado que la gasolina de 91 octano “solo” le otorga 1.350 hp.
Mientras tanto, Bugatti se está moviendo en una dirección diferente con el Divo, un Chiron reelaborado que enfatizará el manejo, aunque no por ello descuidar la velocidad máxima en línea recta.