Durante décadas, los fabricantes de aviones han intentado desarrollar un avión de pasajeros capaz de viajar varios niveles por sobre la velocidad del sonido. Además, han intentado hacer de esto una empresa sostenible en el tiempo. Y así como lo han intentado, así mismo, han fallado.
Ahora, una nueva iniciativa llamada (acertadamente) Boom, ha entrado en el juego de los aviones supersónicos. Y como era de esperar, apuntan a lo más alto que se puede disparar.
En concreto, para finales del próximo año, la compañía espera poner en los cielos un avión prototipo que viaje a velocidades que superen en 2.2 veces la velocidad del sonido. Como ‘proyecto’, la verdad, nada nuevo. Pero han sacado un as bajo la manga: la financiación del Virgin Group de Richard Branson.
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De acuerdo con una serie de tweets enviados por Boom este 23 de marzo, una sociedad establecida entre ellos y la filial de Virgin Group, Virgin Galactic, ayudará a la compañía a «construir y volar aviones supersónicos». El acuerdo, valorado en aproximadamente $ 2 mil millones de dólares, involucra 10 aviones de la compañía de Branson, complementados con una opción de otros 15 aviones de una compañía europea aún no identificada. Las inversiones llegarían aproximadamente a los $ 5 mil millones de dólares. Nada mal para comenzar.
Como se viene sabiendo desde hace años, el negocio de los aviones supersónicos no suele ser una empresa exitosa. El Concorde de Airbus fue, sin duda, el más exitoso de los que ha salido, habiendo operado por alrededor de 27 años antes de retirarse definitivamente de los cielos. A pesar de un accidente en el 2000, y el aumento de los costos de mantenimiento, el que costase $ 20.000 dólares el pasaje no era un buen augurio para el funcionamiento continuado de la empresa. Según el fundador de Boom, Blake Scholl, lo asequible de precios se encuentra entre las principales prioridades de la compañía.
«Estamos construyendo un avión supersónico en el que realmente puedes permitirte el lujo de volar. No otra cosa», dice Scholl: «Si uno mira hacia atrás, lo del Concorde, en realidad no fue un fallo técnico: fue un fracaso económico”.
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Las primeras estimaciones del precio que tendría uno que pagar para «permitirse el lujo de volar» en aviones supersónicos de Boom son, sin dudas, más económicas que Concorde… pero siguen siendo algo caras. Por ejemplo, para ir desde el aeropuerto JFK de Nueva York al de Heathrow en Londres, el viaje costaría alrededor de $ 5,000 dólares por pasaje, cubriendo el trayecto en (aproximadamente) la mitad del tiempo que normalmente tomaría un vuelo normal. Un vuelo desde San Francisco a Tokio, normalmente de 11 horas, tomaría un poco más de cuatro horas y media a $ 6,500 dólares el pasaje.
Superando en 2.2 veces la velocidad del sonido, el avión de Boom viajaría alrededor de 2.6 veces más rápido que los aviones de pasajeros que funcionan actualmente. Por otra parte, Scholl dice que la nave sólo tendrá capacidad para 40 pasajeros, lo cual ayudaría a mantener los precios bajos, no obstante la alta demanda de los mismos.
Actualmente, las leyes de la Administración Federal de Aviación prohíben los viajes supersónico por sobre la tierra, lo cual significa que Boom tendría que iniciar sus operaciones sólo con rutas internacionales que crucen mar y océanos.
En Boom aseguran estar trabajando para tener el primer prototipo ensayando por los aires a finales de 2017. Además de Virgin Group, su lista de inversores incluye Sam Altman and Y Combinator, Eight Partners, y varios otros. Además, Mark Kelly, hermano del astronauta Scott Kelly, se encuentra entre la Junta de Asesores de la compañía, la cual trabaja junto a un equipo que incluye al ex-NASA Lockheed Martin, y varios otros ingenieros de Boeing.