Una tecnología más barata y limpia para las baterías de litio de los autos eléctricos desarrollaron investigadores de la Universidad de Monash (Australia). Gracias a la adición de azufre, la fuente de poder tendría no solo mejor rendimiento y mayor vida útil, sino que también recibiría y entregaría energía de manera más veloz.
“Una capa intermedia situada en el centro de la batería mantiene los electrodos separados, lo que ayuda a que el litio pase de un lado a otro más rápidamente, al tiempo que mejora la lentitud de carga y descarga de las baterías de la anterior generación”, explicó el profesor Matthew Hill.
Las baterías de litio-azufre ofrecen una mayor densidad energética y una reducción de costos en comparación con las de iones de litio, ya que pueden almacenar de dos a cinco veces más energía. Esto significa, por ejemplo, que un automóvil equipado con una de ellas solo tendría que cargarse una vez a la semana.
“La capa intermedia impide que los polisulfuros, una sustancia química que se forma en el interior de este tipo de baterías, se desplacen por la batería; los polisulfuros interfieren con el ánodo y acortan la vida de la batería. Esto significa que la batería puede cargarse y descargarse hasta 2,000 veces sin fallas”, afirmó el autor principal del artículo, el candidato a doctor Ehsan Ghasemiestabanati.
Además, agregó la Universidad de Monash, las baterías de litio-azufre no dependen de metales esenciales en las de iones de litio, como el cobalto, el níquel y el manganeso, cuya oferta es cada vez menor en todo el mundo. Por el contrario, el azufre es abundante y su extracción tiene bajo costo, al menos en Australia.
Publicado por la revista Journal of Materials Chemistry A de la Real Sociedad de Química, en el trabajo también participaron los académicos Mahdokht Shaibani y Mainak Majumber. La iniciativa liderada por la Facultad de Ingeniería de la institución emplazada en Melbourne contó con el respaldo de la Agencia Nacional de Ciencia de Australia (Csiro).