El Network Operations Center de Panasonic en Denver parece sacado directamente de las páginas de una novela de Tom Clancy: filas de servidores con sus monitores, una pared repleta de televisores de alta definición, gente con auriculares como en un cell-center y LEDs parpadeando sin parar.
Pero aquí no se están rastreando espías soviéticos aquí, sino que se observa cuatro puntos iluminados que se desplazan por la cuadrícula de un mapa de la ciudad. Cada punto representa un automóvil real, de los primeros en el mundo que hablan entre sí, también con semáforos, con los peatones e incluso con el gobierno.
Automóviles que hablan entre ellos
La industria lo llama comunicación V2X y por el momento tan solo hay cuatro puntos en el mapa, pero ese número se convertirá en cientos, miles y millones, a medida que los futuros autos salgan de las líneas de fábrica con el V2X incorporado.
Después de más de una década de desafíos de ingeniería, luchas internas en la industria y trámites burocráticos regulatorios, los vehículos que hablan entre sí y su entorno son una realidad. Se alertarán unos a otros sobre las condiciones del camino, le dirán cuándo cambiará el semáforo e incluso le advertirán que se efectúe el giro en esa intersección ciega, porque pueden ver el tráfico que se aproxima y que tú no ves.
Ojos y oídos sobre ruedas
Panasonic es más famosa por las pantallas de plasma y los cortaremos que las smart cities, pero en Japón la compañía construyó una ciudad entera tecnológica sobre una antigua fábrica en Fujisawa, y se estableció como líder en la industria. Ahora está trasladando esa experiencia a Denver al encabezar una iniciativa masiva de ciudades inteligentes llamada CityNow. Esta ciudad gestionará todo, desde placas solares, WiFi gratuito y sensores de contaminación, pero también la circulación rodada. En este sentido, Panasonic está trabajando con el Departamento de Transporte de Colorado (CDOT) para colocar a Denver a la vanguardia de la tecnología V2X.
Hablan entre sí, también con semáforos, con los peatones e incluso con el Gobierno.
Chris Armstrong, director de movilidad inteligente de Panasonic, señala el mapa en los televisores detrás de él: “Detrás de cada uno de esos puntos azules y morados vemos los datos que estamos consumiendo de cada uno de esos vehículos», explica. “Estos autos generan, comparten y transmiten datos diez veces por segundo: el ángulo del volante, el estado del acelerador, el estado de los limpiaparabrisas, el estado del airbag, el estado del sistema de control de tracción…”.
«Diez veces por segundo, esos vehículos generan y comparten y transmiten datos».
Los receptores ubicados en las farolas de la calle recogen las señales y las retransmiten al centro de operaciones CDOT a través de la fibra óptica y así es como los vemos moverse en tiempo real sin necesidad de enviar datos a través de operadores de telefonía móvil. Pero los automóviles también pueden hablar directamente entre sí, como cuando los conductores se dan señales visuales con las luces largas.
Mientras observamos el mapa, sucede lo inesperado: uno de los vehículos pierde el control y se sale de la carretera (o eso parecía): el conductor simplemente apretó un botón para disparar el sensor del airbag y hacer como que se chocaba y los resultados fueron impresionantes: una cámara CDOT cercana captó automáticamente la escena y se enfocó en el auto en cuestión de segundos, mientras que una pantalla dentro del centro de mando emite de forma urgente lo sucedido. En ese punto, los operadores pueden enviar servicios de emergencia a la ubicación exacta presionando un simple botón, y al tiempo, los vehículos cercanos reciben alertas y son redirigiros hacia otra dirección.
Conducir ‘sobre’ un mapa
Cualquiera que haya usado «Buscar mi iPhone» no estará tan impresionado de ver un punto moviéndose por una pantalla, y algo muy semejante sucede con esta tecnología y esto es solo una pequeña parte de lo que V2X puede hacer. Los automóviles equipados con esta tecnología se convierten prácticamente en laboratorios móviles, incorporando en los radiadores sensores, cámaras, radares, micrófonos y más gadgets.
Armstrong explica que la ventaja de esta tecnología reside en convertir toda esta información en algo útil e interpretable: “eso es exactamente de lo que se trata la tecnología de vehículos conectados, de aprovechar todos esos sensores y compartir esa información no solo con otros coches, sino también con la infraestructura».
Adicionalmente, los sensores de un automóvil pueden dar una visión más precisa del clima y la velocidad de los limpiaparabrisas puede indicar la severidad de la lluvia, mientras que la activación del control de tracción puede significar que las carreteras están resbaladizas. Los acelerómetros, por su parte, pueden medir el golpe de los baches, algo perfecto para el mantenimiento. «Tienen datos meteorológicos a nivel micro sobre puentes y carreteras, y pueden compartir eso en este entorno V2X», dice Armstrong.
Los datos también pueden llegar al vehículo: Armstrong dice que el CDOT podría emitir alertas de hielo en la carretera en el invierno, advertir a los conductores sobre un accidente a la vuelta de la esquina e incluso alertar “obras” abandonadas emitiendo alertas solo cuando los operarios estén realmente activos en la carretera.
Salvar vidas
«Esta tecnología promete la reducción de hasta el 80 por ciento de los accidentes», afirma Jarrett Wendt, vicepresidenta ejecutiva de CityNow. Se trata de una afirmación audaz en un país en el que las estadísticas de accidentes de tráfico están aumentando. «Hemos pasado de un poco más de 30,000 choques a más de 40,000 colisiones», dice Wendt. «Durante las últimas cuatro décadas estábamos reduciendo las muertes, y ahora hemos visto esa tendencia revertir».
Esta tecnología promete la reducción de hasta el 80% de los accidentes.
«De eso se trata en realidad: mejorar la seguridad en las carreteras y ocuparse de este problema, donde más de 40,000 personas en todo el país están muriendo» (datos de Estados Unidos).
Para que todo esto funcione, tiene que haber múltiples vehículos ‘hablando’ y eso implica poner esta tecnología en cada auto, lo que conlleva algunos problemas de privacidad. Si tu próximo automóvil equipa V2X ¿significa que el gobierno puede ver mis movimientos?
Sí, pero con un matiz importante: no sabrán que eres tú. «El anonimato está integrado en el estándar», insiste Tyler Svitak, gerente de programa de tecnología de CDOT. “No sabemos ni matrícula ni marca ni modelo del automóvil, todo lo que sabemos es que algo en el sistema nos está mostrando este comportamiento».Incluso el hardware se ha construido de cara al anonimato: el módem en un automóvil V2X cambiará su dirección MAC cada cinco minutos. «En teoría», afirma Svitak, «solo puedes rastrear a un vehículo en el sistema durante cinco minutos».
Pero si un punto rojo desaparece de la esquina de una calle un segundo y reaparece en el mismo lugar el siguiente segundo como un punto azul, ¿no sería fácil suponer que son el mismo automóvil? Los funcionarios reconocen que cierta cantidad de ingeniería de datos podría usarse para extrapolar información que no se transmite explícitamente.
Las leyes, insisten, evitarían que las autoridades usen la identidad del conductor, incluso si de alguna manera pudieran obtenerla. «Desde el punto de vista legislativo, ni siquiera podemos usar la tecnología de las cámaras para hacer cumplir la ley», explica Amy Ford del CDOT.
Las autoridades podrían detectar un vehículo circulando a alta velocidad con V2X y enviar a la policía el dato pero seguirían dependiendo de un radar a la vieja usanza. «No tenemos la capacidad de decir: ‘Ese es un vehículo que deberías detener y multarle por exceso de velocidad'», insiste Armstrong.
Se quiera, o no, la llegada de V2X es inminente.
¿Qué pasa si quieres optar por no participar? «En este momento, les toca a los fabricantes de automóviles implementar esta tecnología o no, y depende de ellos cómo dar a sus conductores acceso a esa tecnología», dice Armstrong. Mientras que la administración de Obama favoreció la aplicación obligatoria del V2X en el futuro, la administración actual lo deja en manos de los fabricantes.
Y por el momento, estos últimos no dicen nada. Los representantes de Ford rehusaron a dar una postura oficial sobre permitir que los conductores enciendan y apaguen el V2X, aunque Jovan Zagajac, gerente de tecnología de Ford, defiende las ventajas de un sistema siempre encendido.
«La seguridad de la sociedad en general está mejor protegida si todos la usan», explica Zagajac. Lo compara con la aviación, donde el seguimiento por radar y el GPS han contribuido a la seguridad en los vuelos durante décadas. «Si decido apagar mi vehículo, es casi como volar de incógnito”.
Además, sostiene Wendt de Panasonic “nuestros teléfonos son más vulnerables en su capacidad de ser rastreados», afirma. En otras palabras, si el gobierno quisiera saber dónde estás, lo puede hacer mediante una orden judicial al operador.
Un futuro conectado
Independientemente de si se quiere o no, la llegada de V2X es inminente. En este sentido, la 5G Automotiv Association predice que los primeros automóviles V2X comenzarán a salir de las líneas de montaje en Estados Unidos a partir de 2020.
Pero en países pueden llegar primero: «Hay algunas partes del mundo que están persiguiendo esto de manera más agresiva», dice Zagajac, “como China y Asia en general».
Pero no es necesario que el gobierno use V2X: Los vehículos pueden enviarse mensajes entre ellos, y en áreas rurales abiertas; “las comunidades más pequeñas aún pueden beneficiarse del V2V cuando hay varios vehículos conectados», afirma Matt Drennan-Scace de Ford.