Mientras que algunos debates políticos en los Estados Unidos capturan la atención de millones de espectadores, ese no parece ser el caso en Noruega.
Aparentemente, más concentrada en atrapar a un Pokémon que en un debate en el Parlamento, la Primera Ministro de ese país fue fotografiada jugando Pokémon Go en su teléfono móvil durante una sesión.
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Pero para muchos no es sorpresa que Erna Solberg estuviera jugando ese popular juego electrónico. Recientemente ella reveló que es una fanática de este juego, el cual, aunque ya perdió su popularidad inicial en los Estados Unidos, continúa con su auge en varios países europeos.
Una publicación de prensa local asegura que la líder conservadora confesó que, en su afán de atrapar los pequeñas criaturas virtuales, tuvo que caminar varios kilómetros para encontrar a las más raras. Todo esto, sacándose un tiempo entre reuniones políticas en Eslovaquia.
Parece que varios otros políticos noruegos están también cautivados por este juego. En Agosto, la líder del partido liberal Trine Skei Grande fue criticada por jugarlo durante una sesión del Comité de Defensa de ese país. En una interesante coincidencia, fue precisamente Grande quien estaba hablando en este último debate, mientras la Primera Ministro trataba de capturar un Pokémon.
Tal vez esta fue la razón por la que Grande no se molestó. A través de un tweet mencionó que estaba segura que Solberg estaba prestando atención: «Ella escuchó lo que dije; nosotras las mujeres podemos hacer varias cosas al mismo tiempo,» -dijo.
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Aunque Grande fue acusada de preocuparse más por un juego que por la seguridad nacional cuando ella fue descubierta, afirmó ante periodistas que “algunas personas podemos escuchar mejor mientras hacemos algo sencillo.”
Claramente Solberg está de acuerdo y no se avergüenza de su afición por los juegos. Es más, dijo que hace unos años superó el nivel 300 en Candy Crush Saga. «Es relajante jugar de vez en cuando. Me gusta llevar mi iPad conmigo cuando estoy en un avión o en el asiento de atrás del coche.» –admitió. O, por lo que vimos, también en el Parlamento.