«¿Alguna vez se han preguntado para qué sirve este bolsillo?», dijo Steve Jobs ante cientos de asistentes, entre periodistas y aduladores de Apple (empleados, pues) durante la presentación del iPod Nano, realizada el 7 de septiembre de 2005 en el Yerba Buena Center for the Arts en San Francisco, California. «Siempre me lo pregunté», respondió Jobs ante las risas y aplausos de los asistentes. «Bueno, ahora lo sabemos, porque este es el iPod Nano«, remató al mostrar el iPod Nano, hasta ese momento el reproductor de música más pequeño presentado por Apple.
Entonces comenzó la típica verborrea de Steve Jobs. «Te quitará el aliento… no lo creerás hasta que lo tengas en tus manos, 1,000 canciones y una increíble pantalla a color… es uno de los productos más increíbles jamás creados por Apple», describió.
Ciertamente, el iPod Nano era sorprendente. Sobre todo porque un año atrás Apple había presentado el iPod Mini, que en retrospectiva, no era nada Mini comparado con el Nano. El nuevo iPod presentado por Jobs era notablemente más delgado, ligero y en suma, más portable que el iPod Mini. Y su pantalla a color representaba una mejora notable sobre el modelo anterior, que solo mostraba imágenes en blanco y negro.
The iPod nano, you could argue, was the true iPod: https://t.co/JJ49aofgbO pic.twitter.com/EmZkGoJT5q
— Dan Frommer (@fromedome) July 27, 2017
El iPod Nano no solo significó una mejora notable en la portabilidad del que entonces era el reproductor musical estrella, sino también una revolución de ventas para Apple. Si con el lanzamiento del primer modelo en 2001 Apple se posicionó como uno de los líderes en la venta de reproductores musicales portátiles, el iPod Nano se convirtió en el auténtico superventas de la compañía, volviéndolo uno de los regalos más codiciados de cada temporada navideña.
Rediseños fallidos, una cámara y el fin de los reproductores offline
Apple mantuvo al iPod Nano en su lista de productos hasta 2015, cuando lanzó el iPod Nano de séptima generación. A lo largo de esa década Apple rediseñó el reproductor en 2007 con su tercera generación, compactando el diseño rectangular que Jobs celebró como tan portable que cabía en el bolsillo pequeño de los jeans.
Para la quinta generación (2009) y ya con el iPhone convertido en un fenómeno (Jobs lo debutó en 2007), Apple le integró una cámara fotográfica en un afán por mantener relevante a un producto que la misma Apple comenzó a desplazar con el iPhone. La adición apenas tuvo eco y Apple optó por retirarla para la sexta generación (2010), para la que por cierto, Apple también aplicó un rediseño que asemejó al iPod Nano al iPod Shuffle, su modelo más compacto.
La última versión del iPod Nano llegó en 2012. Era como un híbrido entre el iPod Nano original y los modelos iPod Touch, que lucían un diseño muy similar al del iPhone. La séptima generación del iPod Nano terminó extraviando la identidad del famoso reproductor musical de Apple, pues incluía un sistema operativo distinto al iOS de los iPod Touch y el iPhone. Fue el último modelo comercializado por Apple, hasta que fue descontinuado en 2017.
Cuando Apple puso fin a la comercialización del iPod Nano también finiquitó la era de los reproductores musicales offline. Spotify ganaba cada vez más relevancia, y con ello, la opción de escuchar música ilimitada siempre y cuando el usuario tuviera, en algún momento, una conexión a internet. El iPod pasó a ser tecnología de otra época, así que terminamos por preguntarnos, una vez más, para qué sirve el bolsillo pequeño de los jeans.