Disney no solo quiere hacer magia en sus parques temáticos, sino que en sus películas, y para eso el desarrollo de ingeniería en sus estudios, ha revelado una nueva herramienta de envejecimiento que puede hacer que un actor parezca convincentemente mayor o más joven, sin la necesidad de semanas de trabajo de efectos visuales complejos y costosos.
Ya la compañía del ratón Mickey había trabajado en 2020 en una tecnología para intercambiar rostros.
Los investigadores de Disney, como se detalla en un artículo publicado recientemente, primero crearon una base de datos de miles de caras sintéticas generadas aleatoriamente. Las herramientas de envejecimiento de aprendizaje automático existentes se utilizaron para envejecer y reducir la edad de estos miles de sujetos de prueba inexistentes, y esos resultados se utilizaron para entrenar una nueva red neuronal llamada FRAN (red de envejecimiento facial).
Cuando FRAN se alimenta con un retrato de entrada, en lugar de generar un disparo de cabeza alterado, predice qué partes de la cara se alterarían por la edad, como la adición o eliminación de arrugas, y esos resultados se superponen sobre la cara original como un canal adicional de información visual adicional. Este enfoque preserva con precisión la apariencia y la identidad del intérprete, incluso cuando su cabeza se mueve, cuando su cara mira a su alrededor o cuando las condiciones de iluminación en una toma cambian con el tiempo.