Un estudio realizado por científicos de distintas instituciones en Europa y África encontró que los maratones de series de televisión pueden elevar de manera considerable la posibilidad de sufrir trombosis.
Los especialistas se basaron en el análisis de tres investigaciones sobre hábitos de vida de 131,421 personas, de las cuales 964 habían presentado algún evento de tromboembolismo venoso (trombosis venosa profunda y embolia pulmonar) o VTE por sus siglas en inglés.
Tras hacer una correlación entre los hábitos de consumo de televisión en las personas que presentaron casos de trombosis, los expertos encontraron que aquellos que pasaban un promedio de cuatro horas diarias viendo televisión tenían 35 por ciento más de posibilidades de presentar trombos o coágulos.
“Realizar pausas frecuentes durante actividades sedentarias prolongadas, como ver la televisión, así como mantener niveles adecuados de actividad física, podría ser esencial para la prevención de trombos”, señalaron los autores Setor K. Kunutsor, de la Universidad de Bristol; Richard S. Dey, de la Universidad de Ghana, y Jari A. Laukkanen, de la Universidad de Finlandia del Este.
El estudio fue publicado en el Diario Europeo de Cardiología Preventiva. Pese a sus hallazgos, los expertos dijeron que es necesario seguir investigando el tema.
Sin embargo, este estudio cobra relevancia debido a que los maratones de series, práctica también conocida como binge-watching, tienen cada vez mayor relevancia ante la proliferación y mayor oferta de plataformas de streaming.
En 2020, un estudio elaborado por Nielsen señaló que el tiempo promedio que pasa una persona adulta de Estados Unidos viendo televisión en vivo y series es de cuatro horas al día, que a su vez se traducen en dos meses al año frente a la TV.
La práctica, además, no es exclusiva de adultos, sino que es más o menos homogénea en personas entre los 13 y los 64 años. Datos de la analítica Statista señalan que 70 por ciento del segmento de adultos entre 30 y 44 años practica el binge-watching, mientras que 60 por ciento de los adolescentes de entre 13 y 17 años también lo practican.