La compañía farmacéutica Merck informó este viernes 1 de octubre que su píldora experimental contra el COVID-19 redujo a la mitad las hospitalizaciones y muertes en personas infectadas.
Debido a estos buenos resultados, Merck mencionó que muy pronto espera pedir a las autoridades sanitarias de Estados Unidos y otros países la autorización para su uso.
Así, esta sería la primera píldora disponible para tratar el COVID-19.
“Esto va a cambiar el diálogo en torno a cómo gestionar el COVID-19”, señaló a Reuters Robert Davis, director general de Merck.
“Se necesitan urgentemente tratamientos antivirales que puedan tomarse en casa para mantener a las personas con COVID-19 fuera del hospital”, agregó Wendy Holman, directora general de Ridgeback, compañía que actúa como socia de Merck.
Luego de esta noticia, las acciones de la farmacéutica subieran casi 8 por ciento en las operaciones previas a la comercialización en Nueva York.
Por su parte, la comunidad científica en general también recibió con satisfacción esta noticia, en especial porque podría ayudar a prevenir esta grave enfermedad por la que han muerto casi 5 millones de personas en todo el mundo.
“La disponibilidad de un antiviral oral eficaz y bien tolerado será especialmente útil para complementar la vacunación como medio para reducir la proporción de pacientes que necesitan atención hospitalaria”, dijo Penny Ward, profesora de medicina farmacéutica del King’s College de Londres.
Merck informó que espera producir 10 millones de dosis del tratamiento para finales de 2021 y que el próximo año podrá contar con más píldoras.
La empresa también acordó conceder la licencia a varios fabricantes de medicamentos genéricos con sede en India, que podrían suministrar el tratamiento a los países de más bajos ingresos.