Los detractores de Aquaman suelen burlarse de él por ser un personaje cuyo superpoder es “hablar con los peces”. Como vimos en la adaptación cinematográfica del superhéroe personificado por Jason Momoa, Aquaman es más que un tipo que puede hablar con los animales marinos: tuvo un origen humilde eclipsado por el de otros superhéroes más llamativos, como Batman y Superman.
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Aquaman debutó el 25 de septiembre de 1941 en More Fun Comics #73. Un década antes lo había hecho Namor, otro superhéroe marino con fuerza sobrenatural, habilidades acuáticas y hasta la capacidad de volar. Sobre su debut eclipsado por la existencia de otro superhéroe similar, la historia de su origen, escrita por Mort Weisinger, hablaba de un científico que descubre una ciudad submarina, la Atlántida, donde termina por vivir en compañía de su hijo, quien al criarse debajo del mar se hace de superpoderes acuáticos. Un origen soso, pues.
Encima, no tenía más enemigos que los nazis y sus submarinos. Para dar variedad, Aquaman salió a la ciudad a perseguir algunos maleantes, pero como para respirar tenía que estar bajo el agua, no hubo más remedio que colocarle una pecera sobre la cabeza. ¿Su arsenal? un camión cargado con algunas pirañas y peces espada porque bueno, ante todo era un caballero.
Aquaman se renovó en 1959. Atrás quedó su origen poco creativo y se contó que el superhéroe es Arthur Curry, hijo de un guardia de faro llamado Tom Curry y Atlanna, una atlante. Gracias a su ascendencia extraordinaria, Arthur tiene poderes sobrehumanos como respirar bajo el agua, fuerza sobrenatural y la fantástica habilidad de hablar con los peces y otros animales marinos. Sobre ese argumento, previo a su muerte, Atlanna le revela a Arthur que es heredero de la Atlántida, ciudad a la que vuelve para reclamar su trono.
Un año después, Aquaman se uniría a La liga de la justicia; así confirmaría su ascensión como uno de los superhéroes más importantes de DC.
Tres décadas después y luego de un importante cambio en su indumentaria tras la serie Crisis on Infinite Earths, DC reescribe nuevamente la historia de Aquaman en 1989. Su nuevo nombre es Orin, y aunque sigue siendo hijo de Atlanna, su madre ahora es la reina de Poseidón, y su padre, Atlán, es un hechicero de la ciudad. Orin debe ser abandonado por una persecución debido a una superstición (su cabellera rubia era una especie de maleficio), así que es rescatado por Arthur Curry, el cuidador de un faro. Es en esta transformación en la que Aquaman vuelve a cambiar de indumentaria: deja su icónica remera naranja por el torso descubierto y una especie de armadura para el brazo derecho. Esta apariencia es la empleada por el actor Jason Momoa en la adaptación cinematográfica del personaje a casi 70 años de su debut.
Paradójicamente, fue en esa última reimaginación del personaje en la que perdió su mano izquierda. ¿La razón? la pérdida de su poder “ridículo”. En un enfrentamiento con el Charybdis (un monstruo marino retomado de la mitología griega), pierde su habilidad de comunicarse con los peces. Sin esa habilidad, unas pirañas le devoran la mano.