El 9 de septiembre de 1947, se registró el primer bug en una computadora. Hoy día estamos acostumbrados a la existencia de bugs, o errores, en cualquier programa informático: desde sistemas operativos como Windows hasta aplicaciones para teléfonos, videojuegos o la misma web.
Sin embargo, el primer bug informático de la historia tuvo que ver exactamente con lo que significa la palabra bug: en español, un bicho.
Hace exactos 74 años, alguien de un equipo de científicos de la Universidad de Hardvard en Massachusetts, Estados Unidos, escribió una nota en el registro de uso de la computadora Mark II, que era básicamente una calculadora gigante.
La nota en cuestión era muy simple y estaba marcada a las 3:45 p.m: “Primer caso real de un bug encontrado”, reza el registro, junto a una muestra del especimen.
Lo que había ocurrido en realidad es que una polilla, una real polilla, estaba dentro de los circuitos de la Mark II. Y no solo habitaba en el aparato, sino que era la causa de que la computadora generara problemas de varios tipos en su funcionamiento; literalmente, un bug causando errores en una computadora.
Los ingenieros a cargo del uso de la Mark II descubrieron que la polilla estaba atrapada en un circuito muy particular: el relé 70 del Panel F, tal como indica la nota. Y como prueba del suceso, pegaron el cadáver de la polilla en la nota con cinta adhesiva, en lo que se convertiría en el primer registro exacto y literal de un bug, que pasaría a la historia.
¿Cómo llegó una polilla a la circuitería? De acuerdo a Grace Hopper, una de las ingenieras parte del equipo que operaba la Mark II, alguien durante el turno nocturno dejó una ventana abierta de la pieza donde se alojaba la computadora. A causa de esto, las luces llamaron la atención de la polilla, que terminó sus días dentro de la máquina.
Ahora bien, cabe destacar que no fueron los ingenieros y operadores de la Mark II quienes acuñaron el término bug para la posteridad. Esto ocurriría con el paso de los años, a medida que los programas informáticos se hicieron más complejos e hicieron que errores en su funcionamiento fueran más frecuentes.
Pero sin lugar a dudas, el incidente con la polilla fue el origen de la referencia a estos errores de software como bugs. Y hacia finales de la década de los 70, hubo tímidos intentos por cambiar el término: sin embargo, ya en esos años el concepto de bug estaba tan arraigado a un problema informático que dichos intentos de cambio fracasaron.
Varias décadas antes de la polilla dentro de la computadora Mark II, en el año 1878, Thomas Alva Edison reveló en una carta que uno de sus teléfonos estaba presentado problemas de funcionamiento. Tales problemas se debían también a un bug: un insecto que, de acuerdo a Edison, “encontró buenas condiciones para su existencia dentro del teléfono”.
Si bien no se trató de un bug informático propiamente tal, esta es otra prueba que teléfonos y computadoras estuvieron siempre destinadas a ir de la mano. Incluso con los bugs.