Su forma es tan perfecta que a comienzos del siglo XX muchos pensaban que había sido construido por el hombre. Se trata del Cono de Arita, una pirámide natural de 200 metros de altura ubicado en el salar de Arizaro, en Argentina.
En algún momento fue comparado con las pirámides de Egipto, sin embargo, la investigación científica señala que esta formación natural, una de las más cónicas del planeta, es en realidad la punta de un pequeño volcán sin fuerza para lanzar lava desde el manto de la Tierra y desarrollar un cráter.
“El cono se asienta en forma discordante sobre la formación Arita, compuesta por una roca ignia denominada granito-granodiorita. Esta formación, muy erosionada, es un cuerpo saltuario elongado de norte a sur por unos 10 km y con 2 km de ancho”, explica el geólogo Aroldo Saúl Kärcher en una investigación de 2010.
“A la formación Arita se le asigna una edad carbónica de aproximadamente 180 millones de años. Sin embargo, el cono es mucho más joven”.
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Hoy el Cono de Arita es considerado la formación cónica natural más perfecta del mundo. Por su acceso difícil, aún no es tan reconocida por los turistas.
El cono domina el salar de Arizaro, un lago de más de 1,600 kilómetros cuadrados a 3,640 metros de altitud, cuyas aguas se evaporaron y dieron lugar a la sal, el mármol y distintos metales que hoy son extraídos de la zona.
Arizaro quiere decir “nido del cóndor” en lengua kunza, en alusión al lugar donde descansaban los cóndores que bajaban a la cordillera para alimentarse de animales muertos.
Es tan particular el aspecto del Cono de Arita que, dependiendo de la luz que refleja la sal, puede verse como una suerte de volcán flotante en medio de la nada.
Las autoridades locales ofrecen expediciones guiadas que salen a este sitio desde la ciudad de Salta, en Argentina.