Cuando Apple lanzó el iPhone original nadie sabía que estábamos frente a un antes y un después en cuanto a la tecnología de teléfonos móviles. Es imposible desconocer, 14 años después, el significado de un diseño de teléfono que hasta entonces no existía. Sin embargo, ese iPhone inicial también tenía sus detractores, sobre todo quienes desde el primer minuto se vieron limitados por ciertas decisiones de diseño de Apple.
El 10 de julio de 2007, apareció en internet el primer método para hacer jailbreak en el iPhone de primera generación.
Mucho ha pasado desde entonces, pero antes de seguir, es válido explicar el concepto. Jailbreak (escapar de la cárcel, en español) se refiere a saltarse la seguridad original del sistema operativo para poder agregar e instalar aplicaciones y contenido que de otra manera sería imposible. En 2007, no existía la tienda de aplicaciones como la conocemos ahora y la personalización del teléfono estaba muy restringida a lo que permitía Apple.
El primer jailbreak para iPhone, según lo reportado en su momento por Engadget, permitía acciones tan simples como agregar nuevos ringtones o fondos de pantalla para el teléfono. De la misma manera, quienes rompieron la seguridad de iPhone apenas 11 días después de haber sido lanzado a la venta no liberaron una herramienta para el público general, simplemente le avisaron al mundo que lo habían logrado.
Algunos hackers de la época tenían buenos motivos para abrir el sistema operativo del teléfono, sobre todo por el potencial que le veían al dispositivo frente a lo limitado que era su software. Para muchos, el iPhone no era más que una tableta pequeña que tenía funciones básicas de teléfono, las cuales incluso tenían limitaciones: en Estados Unidos, el primer iPhone solo se podía utilizar con la compañía AT&T.
Esto último fue lo que llevó a George Hotz, un entonces joven hacker conocido como geohotz, a intentar vulnerar la seguridad del teléfono pero no mediante software, sino directamente sobre el hardware. Hotz se valió de una púa de guitarra y un destornillador para abrir el teléfono —proceso que en aquel año estaba nada documentado— e inhabilitar de manera casera el pequeño circuito que bloqueaba al resto de compañías telefónicas. Finalmente, el iPhone se podía usar con una SIM de cualquier compañía.
Los diversos métodos de jailbreak de 2007, creados por varios grupos de hackers en paralelo, abrieron la puerta para lo que vendría en los meses siguientes. Uno de los avances más importantes fue Cydia, la tienda alternativa de aplicaciones para iPhone que, una vez instalada sobre el jailbreak, entregaba un mundo de posibilidades para los usuarios de 2007.
Jay Freeman, el creador de Cydia, explicó alguna vez que el catalizador para crear un jailbreak era simplemente sacarle provecho a las capacidades del teléfono. El iPhone original era un equipo más avanzado que los de la época, pero a la vez no permitía personalizar prácticamente nada y ni siquiera incluía juegos tan básicos como los que sí estaban en los teléfonos igual de sencillos que salían a la venta en 2007.
Los esfuerzos de varios grupos de hackers terminaron por romper por completo la seguridad de las primeras versiones de iOS, más allá de los esfuerzos corporativos de Apple por mantener aquello a raya mediante actualizaciones que eran vulneradas en un par de días. Pero a fin de cuentas, esto era inevitable; en Apple tal vez sabían que los hackers lograrían su cometido y que la carrera estaba perdida.
Por otra parte, el paso del tiempo hizo que los jailbreaks fueran cada vez menos relevantes. La creación de una tienda como la App Store en años posteriores abrió el camino para que muchas opciones y funcionalidades del iPhone se explotaran de manera oficial. En 2021, hacer jailbreak a un iPhone más nuevo no es algo realmente necesario. En 2007, sin embargo, esos jailbreaks rudimentarios eran prácticamente la única forma de sacarle provecho a los primeros teléfonos de Apple.