Más de 3,000 satélites orbitan la Tierra, ya sea para fines científicos, comerciales o militares. Cada vez es más habitual que empresas privadas envíen sus propios aparatos sin necesidad de recurrir a agencias gubernamentales. Bien sabe de esto Elon Musk con su red Starlink. Sin embargo, el punto de inflexión ocurrió hace más de medio siglo con Telstar 1, el primer satélite privado del mundo.
Lanzado por la NASA el 10 de julio de 1962, Telstar 1 fue el eje de la primera misión espacial patrocinada de manera privada. En el proyecto participaban Bell Telephone Laboratories como desarrollador, AT&T y la NASA como operadores, además de GPO (más tarde llamada British Telecom) del Reino Unido, y PPT de Francia.
Su lanzamiento exitoso marcó un punto de inflexión para el desarrollo la comunicación satelital de carácter comercial, ya que hasta entonces se trataba de un terreno reservado para fines militares. El aparato no solo demostró la viabilidad de las transmisiones satelitales, sino que permitió acumular experiencia para rastrearlos y cómo eran afectados por los cinturones de radiación de Van Allen.
El impacto de sus primeras transmisiones
Con una forma esférica similar a un balón de futbol, el Telstar 1 mide 86 centímetros de longitud y pesa 77 kilos. De hecho, este diseño llevó al fabricante alemán Adidas a bautizar como Telstar Durlast el balón que fue utilizado en la Eurocopa de 1968 y los mundiales de México 1970 y Alemania 1974.
Telstar 1 transmitió la primera señal de televisión transatlántica desde la estación terrestre de Andover, Estados Unidos, al Centro de Telecomunicaciones Pleumeur-Bodou, en Francia, dos días después de su lanzamiento. Sin embargo, se trató de una transmisión privada que mostraba la imagen de la bandera estadounidense flameando en Andover.
El gran hito ocurrió el 23 de julio a las 3:00 p.m., cuando retransmitió la primera señal de televisión transatlántica en vivo, que se emitió en Europa a través de Eurovisión y en Estados Unidos y Canadá por medio de las cadenas NBC, CBS, ABC y CBC.
Las primeras imágenes correspondieron a la Estatua de la Libertad, en Nueva York, y a la Torre Eiffel, en París. Aunque la idea original era que la transmisión fuese inaugurada por el presidente John F. Kennedy, el Telstar 1 tenía una órbita de 2.5 horas que solo permitía una disponibilidad en los primeros 20 minutos. Como Kennedy no estuvo listo, los ingenieros improvisaron y emitieron las imágenes de un partido de béisbol.
Pero cuando apareció en pantalla, Kennedy desestimó los temores de una eventual devaluación del dólar, lo que provocó su inmediato fortalecimiento en los mercados globales. Estas primeras imágenes capturaron la imaginación del mundo. Una nueva era en la comunicación había nacido.
Durante su vida útil, Telstar 1 facilitó más de 400 transmisiones telefónicas, telegráficas, facsímiles y televisivas. Seis meses después de su lanzamiento, el satélite dejó de funcionar y un reinicio solo lo mantuvo en funcionamiento hasta febrero de 1963. Sin embargo, Telstar 1 todavía navega por el espacio.