La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió este miércoles 7 de julio que existe un peligro inminente ante el anuncio de varios países de levantar las restricciones por el COVID-19. El organismo tildó el asunto como “estupidez epidemiológica”.
Al menos esas fueron las drásticas palabras utilizadas por el jefe de emergencia del organismo, Mike Ryan, quien señaló que “ojalá no se pierdan los avances y logros que se han conseguido”.
Sobre todo, Ryan calificó de “mezcla tóxica” la posibilidad de que países con baja vacunación quieran reaperturas tempranas.
“Para gran parte del mundo, esto apenas comienza”, dijo Ryan. “Estoy muy contento por los países que están teniendo esto bajo control. Pero, por favor, piensen en aquellos que viven sin vacunas. En todos los países de las Américas, todavía tenemos casi un millón de casos a la semana. No ha terminado. Lo mismo en Europa: en la región europea, tenemos medio millón de casos a la semana. No es que esto haya desaparecido”.
Todo se da en un contexto en el que la variante Delta ataca a muchos países del mundo, que las vacunas no están siendo el todo efectivas contra esta cepa y el cansancio que tiene la gente ante la pandemia.
William Hanage, profesor de epidemiología de enfermedades infecciosas de Harvard, comentó a The Guardian cuáles son los problemas de estas reaperturas tempranas, como el caso de Inglaterra y las posibles consecuencias.
“Los casos se están disparando de una manera que refleja la naturaleza altamente contagiosa de Delta. Está empezando a parecer que lo principal que explica su potencia es que la transmisibilidad, en lugar de la evasión inmune, conduce a una gran cantidad de infección y transmisión entre los individuos vacunados. Esto va a producir algunas cosas: primero serán hospitalizaciones y muertes, pero mucho menos que en la peor etapa del invierno. Esto es sin duda una buena noticia o tal vez mejor que el peor de los casos. Por otro lado, con la reapertura prevista, habrá enormes cantidades de infección… y muchas personas se van a sentir bastante enfermas, incluso si no necesitan una cama de hospital. No se conocen los impactos a largo plazo”, concluyó el especialista.