La misión New Horizons de la NASA ha hecho historia al fotografiar la ubicación de la nave Voyager 1 desde el cinturón de Kuiper, la cual se encuentra volando 50 veces más lejos del Sol que la Tierra.
Semanas después de su lanzamiento en 2006, cuando la nave todavía se encontraba cerca de casa, se tardaba solo unos minutos en transmitir un comando a la nave espacial y escuchar que la computadora a bordo lo había recibido y estaba lista para llevar a cabo las instrucciones.
Pero a medida que New Horizons cruzó el sistema solar y su distancia de nuestro planeta saltó de millones a miles de millones de kilómetros, el tiempo entre contactos también aumentó de unos minutos a varias horas.
Hasta este 18 de abril, la nave alcanzó un singular hito en el espacio profundo: 50 unidades astronómicas del Sol, en otras palabras, 50 veces más lejos del astro que la Tierra.
Así, New Horizons se convirtió en la quinta nave espacial en alcanzar esta distancia, después de las icónicas Voyagers 1 y 2, y sus predecesoras Pioneers 10 y 11.
Ahora se encuentra a unos 7,500 millones de kilómetros de distancia, una región remota donde uno de esos comandos por radio, incluso viajando a la velocidad de la luz, necesita siete horas para llegar a la nave espacial lejana.
Después de eso, se necesitan siete horas más antes de que su equipo de control en la Tierra pueda averiguar si recibió o no el mensaje.
“Es difícil imaginar algo tan lejano”, explica Alice Bowman, gerente de operaciones de la misión New Horizons en el Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins.
“Una cosa que hace que esta distancia sea tangible es cuánto tiempo nos lleva en la Tierra confirmar que la nave espacial recibió nuestras instrucciones. Esto pasó de ser casi instantáneo a ser del orden de 14 horas. Hace que la distancia extrema sea real”.