Las drogas psicodélicas, entre las que se encuentra el LSD, se hicieron muy populares en la década de los setenta y han vuelto a ganar adeptos en los últimos años, en especial entre jóvenes profesionales que aseguran consumirla en pequeñas dosis no alucinógenas para incentivar su creatividad y aumentar la empatía.
Ahora, investigadores de la Universidad McGill han descubierto por primera vez uno de los posibles mecanismos que contribuyen a la capacidad de la dietilamida del ácido lisérgico (LSD) para aumentar la interacción social.
Este descubrimiento podría ayudar a elaborar posibles aplicaciones terapéuticas en el tratamiento de algunas enfermedades psiquiátricas, como la ansiedad y los trastornos por consumo de alcohol.
¿Cómo lo descubrieron?
Para realizar su estudio, los investigadores administraron pequeñas dosis de LSD a ratones durante un periodo de siete días.
Esto dio como resultado un aumento observable de la sociabilidad de los animales.
“Este aumento de la sociabilidad se produce porque el LSD activa los receptores de serotonina 5-HT2A y los receptores AMPA, que es un receptor de glutamato, los principales neurotransmisores excitatorios del cerebro, en la corteza prefrontal y también activa una proteína celular llamada mTORC 1”, explica el investigador Danilo De Gregorio.
“Estos tres factores, en conjunto, promueven la interacción social en los ratones, lo que equivale a la empatía y el comportamiento social en los humanos”.
Luego de estos resultados exitosos, los autores esperan ahora probar la capacidad del LSD para tratar ratones con mutaciones que presentan déficits de comportamiento muy parecidos a los observados en algunas patologías humanas, como los trastornos de ansiedad social.
Ellos quieren ver si una microdosis de LSD o algunos derivados podrían tener un efecto similar en humanos y si también podría ser una opción terapéutica viable y segura.