Yo no tengo una tableta, tengo un iPad. Así de claros y celosos eran muchos usuarios cuando, a comienzos de la década del 2010, se les preguntaba por el aparato que descansaba entre sus manos.
Y es que el iPad fue el objeto de deseo de toda una generación. No solo porque era más liviano que una laptop. También porque permitía navegar por internet, leer, enviar correos electrónicos, tomar y ver fotos, grabar videos, escuchar música, jugar…
Además era fácil de utilizar gracias a su nítida pantalla táctil de 9.7 pulgadas.
“Lo que hace este dispositivo es extraordinario. Es la mejor experiencia de navegación que he visto. Es fenomenal ver una página web completa frente a ti y poder manipularla con tus dedos. Es extraordinario”, confesaba Steve Jobs durante el lanzamiento del iPad en enero de 2010.
Y claro que fue revolucionario. El iPad cambió para siempre la historia de las tabletas y colocó contra las cuerdas a los notebooks y a los dispositivos de lectura como el Kindle.
Pero antes de que comenzaran las ventas del iPad, en octubre de 2010, no faltaron los expertos que se burlaron del nuevo aparato y profetizaron un rotundo fracaso.
Pero el recibimiento que obtuvo el iPad en el mercado fue asombroso.
En dos días se comercializaron 500,000 unidades y, la primera semana, la cifra sobrepasó el millón de iPad vendidos.
El acontecimiento tapaba la boca de los críticos y Steve Jobs nuevamente se salía con la suya.
Un éxito que también motivó a los desarrolladores de aplicaciones. En los días siguientes a la comercialización del iPad aparecieron cerca de 3,500 aplicaciones nuevas compatibles con el iPad, muchas de ellas correspondían a juegos.
La tableta de Apple revolucionaba el mercado y heredaba el éxito del iPod y del iPhone.
En marzo de 2011, Apple lanzaría el iPad 2 que era 30 por ciento más delgado que su antecesor e incluía una cámara frontal.
El 2012, en tanto, sería un año cargado de iPad. Aparecería el iPad de tercera generación, con pantalla retina, y el iPad 4, en el que apareció por primera vez el conector Lightning.
También fue el año en que apareció el iPad mini. Era un dispositivo considerablemente más pequeño y liviano que el iPad tradicional. Pesaba 308 gramos y contaba con una pantalla de 7.9 pulgadas.
El año 2013 Apple lanzó el iPad Air, la quinta generación, denominada así por ser 20 por ciento más delgada, 28 por ciento más liviana y 11 más angosta que el iPad.
Hay que recordar que con la aparición del iPad, y la explosión de las tabletas, no faltaron quienes profetizaron el fin de las computadoras personales.
Pero el boom de las tabletas y del iPad se fue apagando.
En 2016, un estudio de GlobalWebIndex ya indicaba que el interés por estos dispositivos comenzaba a disminuir. Mientras que al inicio de 2015 el 47% de los encuestados contaban con una tableta, en 2016 esa cifra cayó al 42%.
El iPad en pandemia
Las tabletas y particularmente el iPad, fueron algunos de los dispositivos que revivieron durante la pandemia del COVID-19. Según un informe de la consultora IDC, obtuvieron un crecimiento anual de 18.6 por ciento en el segundo trimestre de 2020 con envíos que totalizaron 38.6 millones de unidades.
En esa línea, Apple se consagró como el fabricante que registró las mayores ganancias con este resurgimiento.
Los de Cupertino enviaron 12.4 millones de unidades en el segundo trimestre, y lograron registrar un crecimiento interanual del 1.3 por ciento.
“El iPad de 10.2 pulgadas sigue siendo el éxito de ventas de Apple debido a su precio asequible y su capacidad para conectarse a un teclado. El iPad Air y el último iPad Pro también han podido mantener el impulso”, sostiene IDC.