Como nunca, el temor a una intervención extranjera está latente en las elecciones presidenciales estadounidenses, en las que Donald Trump busca su segundo período consecutivo.
Así lo expuso el analista informático Dmitri Alperovitch: “Mi mayor preocupación como experto en ciberseguridad es, por supuesto, la capacidad de piratear nuestros sistemas electorales, tanto desde el lado de la influencia como desde la perspectiva de la votación”.
El también cofundador de CrowdStrike manifestó en el programa Face the Nation de CBS que una elección es “lo más difícil de asegurar” cuando se trata de ciberseguridad.
“La única forma en que sabemos cómo hacerlo bien y de manera segura es utilizando papel, ya sea votando por correo o haciéndolo en persona, con un registro en papel, que bien puede ser producido por una máquina o a mano. Esas son las formas más seguras”, expuso.
El otrora director de Tecnología de la firma recordó que una tercera opción no riesgosa es, al menos en lo que respecta a los ciudadanos estadounidenses, contar con buzones de entrega en la calle, para evitar el envío del sobre por el correo tradicional.
Consultado sobre las suspicacias planteadas por Trump sobre una manipulación de las papeletas, enfatizó que “no se pueden piratear”, no obstante existan legítimas preocupaciones sobre el proceso de logística.
“No me preocupan tanto las entidades extranjeras que puedan interferir con el papel, pero sí debemos asegurarnos de que los estados estén preparados para recibir la gran cantidad de boletas electorales que llegarán por correo”, indicó.
Respecto de la eventual injerencia de países como Rusia y China en los comicios estadounidenses, Alperovitch enfatizó que hay diferentes formas de interferir.
“Lo que hemos visto en el pasado fue en 2016, cuando los rusos piratearon campañas y organizaciones políticas y luego filtraron esa información al público a través de WikiLeaks y otros canales. No lo hemos visto, obviamente, esta vez. Y esa es una buena señal, pero, por supuesto, todavía nos quedan algunos meses”.
En otro nivel, argumentó, están las “operaciones de influencia” que lideran las autoridades de Moscú, China o Irán. “Y no son solo alrededor de las elecciones, sino que continuamente en las redes sociales a través de los canales de medios oficiales e incluso en declaraciones del gobierno”.
También admitió que su preocupación por posibles ataques a la infraestructura, las bases de datos de votantes y los sistemas de conteo de votos. “Son muy, muy vulnerables a la piratería. Y debemos hacer más para protegerlos. Sé que la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA) está haciendo mucho para proteger dichos sistemas, pero es necesario hacer más”, sostuvo.
En palabras del especialista, el proceso de conteo podría extenderse como nunca. “Lo más importante será tener paciencia. Esta puede ser la primera elección moderna que tengamos en la que no sepamos quién es el presidente la noche de las elecciones o el día siguiente. Es posible que nos lleve días contar todos los votos y saber quién ha ganado. Así que abróchense el cinturón, porque puede ser un viaje largo”, finalizó.