Como otras figuras públicas, las que están relacionadas con la tecnología no se han librado de ser arrestadas, mientras que unas más enfrentan procesos judiciales en curso que no solo involucran a un país. Por ello, es pertinente hacer un recuento de aquellos personajes tech en problemas con la justicia.
No es una lista definitiva, se irá actualizando con otros casos del tipo. Por lo pronto, va desde el arresto de Bill Gates en los 70 hasta la trágica situación de John McAfee.
John McAfee
El 23 de junio de 2021, John McAfee fue encontrado muerto en una prisión en Barcelona; en octubre de 2020, autoridades lo arrestaron en el aeropuerto local, mientras trataba de volar a Turquía. La muerte del creador del famoso antivirus se conoció después de que la Audiencia Nacional de España diera luz verde para su extradición a Estados Unidos, donde se le acusaba de evasión de impuestos. No se descarta el suicidio de McAfee.
Parece que el punto de quiebre fue en 2012, cuando la policía de Belice lo buscaba, ya que era “persona de interés” por el asesinato de Gregory Viant Faull, quien era vecino de McAfee en aquel país y con quien supuestamente tenía algunas rencillas.
Huyó a Guatemala, sin embargo, el gobierno de aquel país le negó asilo, por lo que fue deportado a Estados Unidos en diciembre de 2012, donde estaría más seguro, según sus propias palabras.
Ya en 2019, McAfee, quien no tenía ningún reparo en aparecer en las redes sociales rodeado de armas y licor, pasó más de siete meses en su yate, al lado de su esposa, guardaespaldas y perros. Las autoridades estadounidenses lo acusaban de fraude.
La polémica figura se las había ingeniado para burlar a las autoridades en más de una ocasión. También en 2019, fue detenido con armamento y alrededor de $80,000 dólares en República Dominicana. Fue liberado poco después.
Bill Gates
El ahora filántropo —y quien no ha tenido buenos titulares después de su separación con Melinda Gates— fue arrestado en Nuevo México, un par de veces en los 70, específicamente en 1975 y 1977, por conducir a exceso de velocidad.
Curiosamente, la segunda vez dio una de las imágenes más recordadas de un personaje en problemas con la justicia, pues se ve a un Gates despreocupado —solo tenía 21 años—, con una camisa de flores y un suéter casual.
La foto de su ficha de arresto, posteriormente, se relacionó con el arte predeterminado de Outlook 2010, el administrador de información personal incluido en Office 2010.
En 1975, Gates inició, junto con Paul G. Allen, lo que hoy se conoce como Microsoft, en Albuquerque, Nuevo México. Para 1979, la compañía se movió a Bellevue, Washington.
Kevin Mitnick
La historia de Mitnick parece de película, de hecho, ya se ha contado en varios productos, tanto libros como materiales audiovisuales. Se trata de uno de los hackers estadounidenses más famosos, y a pesar de ser procesado judicialmente en varias ocasiones, su arresto del 15 de febrero de 1995 es uno de los más recordados; se declaró culpable de cargos de fraude electrónico e informático, y pasó cinco años en prisión.
Sobre el ataque informático a Motorola, en el que encontró el código fuente para todos los celulares de la firma, Mitnick declaró que no estaba interesado en venderlo: “Se trató más del desafío de conseguirlo”, dijo a CNET en 2009.
Actualmente, Mitnick dirige una empresa de consultoría en ciberseguridad, ha escrito diversos libros y ofrece conferencias sobre el que considera “el hacker más famoso del mundo”, o sea, él mismo.
Julian Assange
El fundador de WikiLeaks (2006) cuenta con un historial más que complejo, especialmente a partir de 2010, cuando divulgó 77,000 documentos sobre la guerra en Afganistán y 400,000 informes sobre la guerra en Irak, lo que prendió las alarmas en el gobierno de Estados Unidos. Eso no impidió que la revista Time lo candidateara para el título de personaje del año.
Héroe para algunos, villano para otros, lo cierto es que Assange “mostró” imágenes de abusos que incluso acababan con la vida de civiles por parte de los militares de aquel país.
Después de una larga estancia en el interior de la embajada de Ecuador en Londres, siete años para ser precisos, la policía británica entró a la sede diplomática en abril de 2019 y lo capturó: se le impuso una condena de 50 semanas de prisión.
Assange, quien actualmente está recluido en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, Inglaterra, es solicitado en extradición por los Estados Unidos, donde se busca que sea juzgado por 18 cargos, entre los que destaca el de conspiración para obtener y difundir información de defensa nacional.
La pareja de Assange, Stella Moris, teme que el también periodista pueda suicidarse en prisión.
Edward Snowden
El excontratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, Edward Snowden, cimbró la inteligencia americana en junio de 2013, cuando hizo públicos documentos confidenciales de varios programas de la NSA, incluyendo los de vigilancia masiva PRISM y XKeyscore.
En una posición similar a la de Assange, el caso de Snowden ha dividido a la sociedad y política estadounidense. Donald Trump, expresidente de los Estados Unidos, poco después de las filtraciones, lo calificó como “un espía que debería ser ejecutado”. Sin embargo, en declaraciones de agosto de 2020, el antecesor de Biden indicó que estaba considerando un indulto para el también consultor tecnológico, el cual no se consolidó.
Minutos después de que se hizo público el deceso de McAfee, Snowden no dudó en manifestarse: “Europa no debería extraditar a los acusados de delitos no violentos a un sistema judicial tan injusto y a un sistema penitenciario tan cruel”. Remató su declaración con la idea de que los acusados nativos preferirían morir antes que estar sujetos a la justicia estadounidense y que “Julian Assange podría ser el siguiente”.
Steve Wozniak
El cofundador de Apple, quien ahora es un reconocido filántropo y emprendedor tecnológico, por increíble que parezca, fue arrestado en el colegio por culpa de un… ¡metrónomo! El director de la escuela pensó que se trataba de una bomba.
Este hecho se narra en le biografía autorizada de Steve Jobs, escrita por Walter Isaacson. Se supone que Wozniak no pudo contener la risa cuando el director confundió el aparato con una bomba; lo enviaron al centro de detención de menores, donde pasó la noche.
También aprovechó esta “experiencia memorable” para enseñar a los que estaban encerrados con él a desconectar los cables de los ventiladores y conectarlos a las barras del lugar, con el propósito de que quien las tocara, recibiera una singular sacudida eléctrica.