En la última década la inteligencia artificial ha pasado de ser un sueño de ciencia ficción, a convertirse en una parte esencial de nuestras vidas cotidianas; ya que actualmente, utilizamos sistemas de inteligencia artificial para interactuar con nuestros teléfonos y bocinas a través de asistentes de voz como Siri, Alexa y Google.
Por otro lado, los autos fabricados por Tesla interpretan y analizan su entorno para conducir de una forma eficiente; Amazon controla nuestros hábitos de navegación y luego ofrece productos que cree que nos gustaría comprar, e incluso Google decide qué resultados proporcionarnos según nuestra actividad de búsqueda. Los algoritmos artificialmente inteligentes están aquí, y ya han cambiado nuestras vidas, para bien o para mal. Pero esto es solo el comienzo y estamos seguros que un día recordaremos la IA de 2018 y nos reiremos de lo primitivo que era en el pasado.
Pero la gran pregunta es ¿sabes qué es la IA? o tal vez la pregunta que deberíamos formularnos es: ¿qué es exactamente la «inteligencia» ? La definición más simple sería un sistema basado en recopilar datos sobre el entorno que explota esos datos para hacer predicciones de futuro a corto y largo plazo; esto se aplica tanto a las personas como a máquinas.
Cuando hablamos de IA en nuestras vidas, hablamos de todo, desde una computadora que puede leer un documento escrito a mano, empleando un lector OCR, hasta un robot que realiza una cirugía compleja por sí solo o una base de datos masiva que categoriza su personalidad según lo que hayas escrito y buscado en la red. Ya que el mundo de la IA es increíblemente grande, echemos un vistazo a algunos de los desarrollos más innovadores que esperamos ver en un futuro cercano, y si esto supondrá un paso adelante o hacia atrás para la sociedad.
Los sistemas de AI ya están preparados para hacerse cargo de miles (incluso millones) de trabajos: cualquier trabajo que consista en que un humano obtenga información de otros humanos y la introduzca en un sistema es probable que quede obsoleto. De esta manera cajeros, recepcionistas, vendedores por teléfono y personal de ventanilla en un banco, están predestinados a desaparecer.
Por otro lado, a medida que evolucionen los vehículos autónomos, drones automatizados y otras formas de transporte, también perderemos trabajos como conductores de camiones, empleados de correos, servicios de mensajería e incluso entregas de pizza. Las fábricas también se están volviendo totalmente automatizadas, al igual que los trenes de lavados de autos y las salas de cine. Incluso nuestros trabajos como periodistas se ven amenazados por la rápida mejora de los algoritmos de noticias que pueden recopilar información y entregarla de manera más rápida y precisa.
Pero a medida que la sociedad evoluciona para adaptarse a un mundo en el que las máquinas nos sirven, se generarán nuevos puestos de trabajo para la próxima generación, como la programación, reparación y mantenimiento de robots, y desarrollo de nuevos y mejores sistemas.
Por otro lado, las máquinas están preparadas también para asumir trabajos peligrosos, ya que no pueden enfermar ni herirse, y de esta manera, reemplazarán a bomberos, también en la minería, las perforaciones petrolíferas de aguas profundas, la construcción y otras tareas con altos índices de mortalidad. Aún no sabemos cómo será una sociedad con una fuerza laboral basada en AI, pero muchos economistas creen que el mundo podría ser un lugar más brillante y más gratificante con máquinas que asumen los trabajos más aburridos y peligrosos.
Los algoritmos que pueden monitorizar y procesar grandes cantidades de datos, y sacar conclusiones basadas en patrones en esos datos, están preparados para transformar la sociedad. Así, y partiendo de algo pequeño como optimizar los patrones de tráfico a lo largo del tiempo para descubrir las mejores rutas a tomar, o cómo arreglar carreteras y reconstruir carreteras, o incluso algo mucho más serio, como monitorear epidemias y enfermedades, y detenerlas antes de que se propaguen.
El aprendizaje automático incluso se ha utilizado para analizar el comportamiento humano y predecir los signos de advertencia al reconocer el lenguaje común utilizado por los delincuentes (depredadores sexuales o terroristas) y alertar a las autoridades policiales para que tomen medidas. Por otro lado, esa misma tecnología puede usarse para localizar a disidentes políticos, o brindar noticias falsas a personas vulnerables al tiempo que bloquea opiniones y limita la información.
Cuanto más estudiamos y desarrollamos la inteligencia artificial, más claro se aprecia que esta herramienta masivamente poderosa implica una gran responsabilidad. Y estamos en manos de pocos: solo unos pocos monopolios tecnológicos controlan los últimos avances en la recopilación, el procesamiento y el análisis de datos, y si bien esperamos que la IA ayude a mejorar nuestra sociedad, puede terminar trabajando para beneficiar a la industria tecnológica y solo a aquellos que pueden permitirse el lujo de aprovecharla.