Tú, simplemente toma asiento y deja que Shelby lleve las cosas al extremo. El legendario transformador de autos —conocido por sus cobras y sus Mustangs tan confiables— le acaba de dar a una Ford F-150 más poder que la propia Ford Raptor o los poderosos motores Hellcats de Chrysler.
La F-150 Super Snake de Shelby cuenta con un V8 de 5.0 litros con sobrealimentador, el cual es capaz de bombear 750 caballos de fuerza. Ojo, que estos son 300 caballitos más que los que genera el V6 de 3.5 litros twinturbo de la Raptor. La camioneta de Shelby no puede igualar el rendimiento off-road de la Raptor, pero de seguro la doblegará en las calles y carreteras. Su sistema de escape de acero inoxidable Borla crea un sonido inigualable. Al igual que una F-150 estándar, los compradores pueden elegir entre una tracción trasera o una en las cuatro ruedas.
Además de las mejoras mecánicas, Shelby dio a su F-150 un aspecto mucho más agresivo. La camioneta cuenta ahora con unos parachoques modificados, ruedas de 22 pulgadas, y un nuevo capó con una toma de aire más grande. Shelby también añadió una nueva parrilla que no acaba de verse del todo armónica en el conjunto (según nuestra opinión), además de unas rayas de carrera blancas y sus correspondientes placas de identificación.
La F-150 Super Snake se venderá a través de los concesionarios Ford, pero Shelby sólo planea fabricar 150 ejemplares este año. Con un precio inicial de $ 96,880, hay que decir que no son nada baratas. Ten en cuenta que el precio base de una F-150 de tracción trasera de nivel de entrada es de $ 27.110, mientras que una Raptor comienza su precio en los $49,520 dólares (ambos precios sin incluir el destino).
Para los compradores que quieran lo último en rendimiento, sin embargo, la Shelby F-150 Super Snake podría valer la pena. Las camionetas “musculosas” eran populares hace un tiempo, con máquinas monstruosas como la Ford F-150 Lightning y la Dodge Ram SRT-10 luchando por la supremacía. Pero los fabricantes de automóviles han abandonado en gran medida ese concepto a favor de las camionetas que, como la Raptor actual y la nueva Colorado ZR2 de Chevy, se centran más en las capacidades todoterreno.
En su lugar, la acción de la alta potencia se ha enfocado sobre los SUVs. Mientras Ram aseguró que no pondrá un Hellcat V8 con 707 caballos de fuerza en una de sus camionetas, Jeep hizo exactamente aquello con su Grand Cherokee Trackhawk. Tal vez se vislumbre —a lo lejos— un renacimiento de las camionetas con músculo. Quién sabe.