Pero Aston ha rectificado. El AM-RB 001 será conocido como Valkyrie, según ha informado el fabricante de automóviles. Recordemos que en la mitología nórdica, las valquirias llevaban a los muertos honrados del campo de batalla al paraíso guerrero de Valhalla. Si estas hubiesen usado automóviles, sería difícil pensar en una mejor opción que este Aston-Red Bull.
Se espera que el Valkyrie sea un híbrido, con un motor V12 de 6.5 litros de Cosworth y un sistema de baterías de la firma croata Rimac, fabricante del superdeportivo eléctrico Concept One de 1,088 caballos de fuerza. Aston afirma que el AM-RB 001 tendrá una relación potencia-peso de 1: 1, lo que significa que tendrá un caballo de fuerza por cada kilogramo de peso. Su diseño le dará una carga aerodinámica similar a la de un auto de carreras en la pista, con un chasis de fibra de carbono construido por la firma Multimatic.
La elección del nombre “Valkyrie» para la que puede ser su creación más insana continúa con una tradición de nombres con «V», la cual se remonta al original Vantage, que debutó en 1951 como una versión de mayor rendimiento del DB2. Esa tradición persiste hoy con el actual Vantage, el Vanquish, y la reciente edición limitada de Vulcan.
El Valkyrie será construido en Gaydon, Inglaterra, el mismo sitio del que salió el supercar Aston Martin One-77. El trabajo de ingeniería será compartido por la división de personalización Q de Aston y por Red Bull Advanced Technologies. Aston y Red Bull planean construir tanto las versiones de carretera como de pista, y se jactan de que esta última tendrá rendimiento comparable al prototipo de carreras LMP1 Le Mans.
Sólo se construirán 150 Valkyries, incluyendo 25 versiones de pista. Las entregas comenzarán en 2019, y se rumorea que el precio rondará los $3 millones por carro.
