El FBI está trabajando en sistema de reconocimiento de tatuajes que permitirá además de identificar al dueño, establecer patrones en los diseños para determinar su afiliación religiosa, política o si es miembro de una pandilla, revela un informe de la Electronic Frontier Foundation (EFF).
El sistema conocido como Tatto-ID, relaciona a las personas a través de su tatuaje y solo porque su dibujo sea similar a uno previamente identificado como perteneciente a un determinado grupo.
Relacionado: ¿Preocupado por su privacidad? El director del FBI cubre con una cinta su Webcam
El algoritmo ha sido desarrollado por la National Institute for Standards and Technology (NIST), y cuenta con una base de datos de más de 15,000 imágenes procedentes de detenidos en prisión preventiva y presos.
Las estadísticas señalan que uno de cada cinco estadounidenses lleva tatuajes como una forma de expresión, y dentro del universo de rasgos biométricos como huellas digitales y cicatrices, los tatuajes han sido especialmente importantes a nivel legal y forense al contener pistas importantes en cuanto a los antecedentes del sospechoso como su pandilla de origen, sus creencias religiosas, condenas anteriores y otros puntos de importancia en el reconocimiento.
De acuerdo a la Electronic Frontier Foundation (EFF), el reconocimiento automatizado de tatuajes del FBI atenta con la privacidad de las personas que se encuentra garantizada por la Constitución de los Estados Unidos. La Primera Enmienda prohíbe, entre otras cosas, la creación de leyes o mecanismos que impidan la práctica religiosa o que reduzcan la libertad de expresión del ciudadano.
«Estos experimentos explotan a los reclusos y prestando poca atención a las consecuencias de la investigación en su vida privada, la libertad de expresión, la libertad religiosa y el derecho de asociación», indica el informe de la EFF. »
“Con la nueva tecnología, el FBI intentan ampliar su base de datos a más de 100,000 imágenes y por eso exigimos la terminación inmediata de las investigaciones hasta tanto se analicen las graves implicaciones éticas y privadas en la violación de la Primera Enmienda de nuestra Constitución».