A principios de noviembre, la gente de Google presentó el Proyecto Suncatcher, una posibilidad de que los próximos centros de datos para la IA estén en el espacio.
El objetivo principal de esta iniciativa, es reducir el impacto ambiental de la IA trasladando centros de datos al espacio, impulsados por el sol.
El CEO de Google, Sundar Pichai, dijo a Shannon Bream en Fox News Sunday que el objetivo de Google es empezar a colocar centros de datos en el espacio, tan pronto como en 2027.
«Daremos nuestro primer paso en el 27», dijo. «Enviaremos estantes diminutos, diminutos de máquinas, los pondremos en satélites, los probaremos y luego empezaremos a escalar desde ahí.»
En una década, Pichai dijo que será normal construir centros de datos extraterrestres.
«En Google, siempre estamos orgullosos de hacer fotos de luna», dijo. «Uno de nuestros objetivos lunares es: ¿Cómo tendremos algún día centros de datos en el espacio para aprovechar mejor la energía del sol, que es cien billones de veces más de la que producimos en toda la Tierra hoy en día?»
La ONU afirma que el impacto de la IA en el medio ambiente proviene de la extracción de materiales y minerales raros necesarios para construir la tecnología y los microchips que alimentan la tecnología, las enormes cantidades de residuos electrónicos que producen los centros de datos, el agua necesaria para operar y enfriar los centros de datos, y los gases de efecto invernadero producidos por la operación de los centros de datos.
El proyecto plantea desplegar constelaciones de satélites equipados con paneles solares, chips TPU (un tipo de procesador especializado en IA diseñado por Google) y sistemas de comunicación óptica de alta velocidad. Estos satélites operarían en formación coordinada y autónoma, con un diseño modular para permitir escalabilidad, alta resiliencia y redundancia ante fallos. Además, en el espacio se podrían evitar limitaciones físicas y ambientales propias de los centros de datos terrestres, como el consumo de agua para refrigeración, espacio físico y saturación de redes eléctricas.
Entre los retos principales están la gestión térmica en el vacío espacial y el mantenimiento sin intervención humana, pero Google ha avanzado en pruebas para asegurar que los chips resistan la radiación espacial durante años. El proyecto tiene por objetivo no solo seguir ampliando las capacidades del cómputo para IA sino hacerlo de manera sostenible, reduciendo el impacto ambiental y abriendo una nueva era para la infraestructura digital con posibilidades de alta resiliencia global ante desastres o ciberataques. El lanzamiento de prototipos se espera para 2027 como parte de la validación de esta arquitectura revolucionaria.