Algunos de los personajes de TV más memorables no siempre fueron concebidos para ser protagonistas. En muchos casos, comenzaron como roles secundarios con apariciones limitadas, pero su impacto en pantalla transformó el rumbo de sus historias. Gracias al talento de los actores y a la conexión que lograron con el público, estos personajes pasaron de ser apoyo a convertirse en el alma de sus series. Aquí exploramos siete ejemplos donde lo inesperado se convirtió en lo verdaderamente icónico.
Daryl Dixon (The Walking Dead, 2010)
Daryl Dixon, interpretado por Norman Reedus, fue un personaje original creado para la adaptación televisiva de The Walking Dead. Introducido como un cazador solitario y hermano menor del conflictivo Merle, Daryl era un personaje de apoyo con pocas líneas al inicio. Sin embargo, la interpretación de Reedus le dio al personaje una profundidad inesperada, mostrando su evolución de un hombre reservado y brusco a un líder valiente y leal. Su arco narrativo y conexión emocional con otros personajes lo convirtieron en el favorito de los fans, asegurando su lugar como uno de los pilares de la serie incluso después de la partida de algunos personajes principales.
Fonzie (Happy Days, 1974)
Arthur “Fonzie” Fonzarelli, interpretado por Henry Winkler, debutó como un personaje secundario en Happy Days, diseñado para representar al típico “chico malo” de los años 50. Aunque al principio solo tenía un rol menor, su estilo icónico, como su chaqueta de cuero y la forma en que encarnaba el concepto de “cool”, lo convirtieron rápidamente en el favorito de los fans. Los productores notaron su impacto y lo hicieron parte integral del elenco, expandiendo su papel a un mentor para Richie y una figura central en la serie. Fonzie terminó redefiniendo Happy Days, a tal punto que llegó a ser el corazón del programa y un símbolo cultural de su época.
Ben Linus (Lost, 2004)
Ben Linus, encarnado por Michael Emerson, fue introducido en Lost como Henry Gale, un aparente sobreviviente del accidente del vuelo 815. Inicialmente concebido como un personaje pasajero, la magistral actuación de Emerson lo transformó en un antagonista central. Su combinación de inteligencia estratégica, manipulaciones maquiavélicas y vulnerabilidades humanas lo convirtieron en un personaje complejo que variaba entre el villano y el antihéroe. A medida que su historia se revelaba, incluyendo su traumática infancia y su obsesión por proteger a “La Isla”, Ben se convirtió en uno de los personajes más fascinantes de la serie, elevando constantemente la tensión y el drama en Lost.
Sophia Petrillo (The Golden Girls, 1985)
Sophia Petrillo, la madre sarcástica y sabia de Dorothy Zbornak en The Golden Girls, es un ejemplo perfecto de cómo un personaje secundario puede robarse el show. Interpretada por Estelle Getty, Sophia iba a ser un personaje menor, pero su habilidad para combinar comentarios ácidos con momentos de ternura conquistó al público. Sus historias exageradas sobre su vida en Sicilia, su dinamismo con las otras chicas y su perspectiva única la convirtieron en un icono. Sophia aportó un equilibrio perfecto entre humor y emoción, y ayudó a que The Golden Girls se mantuviera como una de las comedias más queridas de todos los tiempos.
Jesse Pinkman (Breaking Bad, 2008)
Jesse Pinkman, interpretado por Aaron Paul, fue concebido como un personaje secundario destinado a morir en la primera temporada de Breaking Bad. Sin embargo, la química entre Paul y Bryan Cranston, sumada al impacto emocional del personaje, hizo que los guionistas reconsideraran su destino. Jesse pasó de ser un simple compañero en el negocio de las metanfetaminas a convertirse en el corazón emocional de la serie. Su lucha con la adicción y la culpa conectó profundamente con los fans, convirtiéndolo en un símbolo de redención en la televisión moderna.
Frasier Crane (Cheers, 1982)
Frasier Crane, encarnado por Kelsey Grammer, apareció por primera vez en la tercera temporada de Cheers como un psiquiatra refinado e intelectual que complicaría el romance entre Sam y Diane. Lo que comenzó como un personaje recurrente se convirtió en uno esencial, gracias al carisma de Grammer y su habilidad para mezclar humor y sensibilidad. Esto derivó en el spin-off Frasier (1993), donde muestran su vida como presentador de radio en Seattle. Este desarrollo consolidó a Frasier como un ícono televisivo, acumulando premios y dejando un legado en la comedia.
Saul Goodman (Breaking Bad, 2008)
Cuando Saul Goodman apareció por primera vez en Breaking Bad, era un alivio cómico en el oscuro mundo de Walter White. Interpretado por Bob Odenkirk, Saul era un abogado oportunista con un estilo exagerado y soluciones poco ortodoxas. Sin embargo, su trasfondo complejo y su capacidad para adaptarse a situaciones límite lo hicieron brillar. Su carisma llevó a la creación de Better Call Saul, un spin-off donde se revela su transformación desde Jimmy McGill, un abogado idealista, a Saul Goodman, el abogado de los criminales. Este desarrollo mostró una profundidad emocional inesperada que lo consolidó como uno de los personajes mejor desarrollados en la era contemporánea de la TV.