La mayoría de los usuarios promedios tienen wi-fi o fibra óptica o algún cable de conexión para subirse al mundo de internet, lo que algunos desconocen es cuál es el origen.
Y es que los cables submarinos son probablemente el actor más importante en las comunicaciones en la actualidad; se estima que 90 por ciento de los datos que se mueven por internet lo hace a través de un cable submarino.
Empresas como Google por ejemplo, hacen grandes obras técnicas de instalación de cables que conectan masas continentales alejadas a través de los océanos.
Pero, ¿qué pasaría si por causa de una acción bélica o por una catástrofe natural de proporciones estos cables se cortaran?.
Investigadores de Estados Unidos, Islandia, Suecia y Suiza están trabajando con la OTAN para construir un sistema que redirija automáticamente el tráfico submarino de Internet y datos a los satélites si la comunicación se corta por una acción hostil, una calamidad natural o un accidente.
El proyecto apocalíptico de la OTAN
El Programa de Ciencia para la Paz y la Seguridad de la organización ha aprobado una subvención de hasta 433.600 dólares para el proyecto de 2,5 millones de dólares, y las instituciones de investigación están proporcionando sus propias contribuciones, según documentos vistos por Bloomberg.
Eyup Kuntay Turmus, asesor y director del programa de la OTAN, dijo que la implementación del proyecto comenzará «muy pronto». Sin embargo, los investigadores pasarán dos años probando prototipos y lidiando con regulaciones internacionales y leyes «muy complicadas» antes de que se pueda crear un sistema operativo que funcione.
Se lanzará formalmente en la Universidad de Cornell en Nueva York a fines de julio de 2024.
La empresa estadounidense Viasat Inc., cuyo sistema de internet satelital fue hackeado el día de la invasión rusa de Ucrania, está participando en el esfuerzo. La empresa de tecnología espacial Sierra Space Corp. y la empresa islandesa de ciberseguridad Syndis también están involucradas.
El propósito principal del programa es identificar alteraciones en los cables submarinos y automatizar la reasignación de datos a otros cables o por satélite en caso de detectar anomalías. En la actualidad, las empresas de cables submarinos tienen la capacidad de localizar perturbaciones en su red hasta el kilómetro más próximo, sin embargo, los investigadores aspiran a disminuir esta distancia a tan solo un metro.
Además de proteger la fiabilidad de sus comunicaciones, la OTAN también debería preocuparse por la seguridad e integridad de estos cables submarinos.