El 27 de junio del 2018 pasará a la historia por ser el día en el que los dos fábricantes de celulares más grandes e importantes del mundo ondearon una bandera blanca. Después de siete años de demandas y audiencias, Apple Inc y Samsung Electronics indicaron a un juez que la batalla legal que llevaban defendiendo desde el 2011 ha sido resuelta. Las empresas no dieron detalle sobre el acuerdo al que llegaron.
Apple acusó a Samsung de haber copiado el diseño del iPhone. Después de años de gastos legales, los grandes luchadores parecen haberse cansado de pelear en los estrados judiciales.
Sin embargo, hace un par de meses, un jurado de California ordenó a Samsung pagar a Apple cerca de $539 millones de dólares como daños financieros, por copiar funciones de diseño y utilidad patentadas en el iPhone original y utilizarlas en sus propios teléfonos.
Aunque fue una victoria para Apple, la cantidad de la suma es algo así como una decisión dividida. Apple quería la estrafalaria suma de un billón de dólares (mil millones), y por su parte Samsung propuso pagar alrededor de “solamente” $28 millones. De todas formas, esta decisión aún representa un gran golpe para la compañía surcoreana.
En efecto, luego de casi cinco días de deliberaciones, un jurado de Estados Unidos dijo que Samsung Electronics Co. tendría que pagar alrededor de $533.3 millones de dólares a Apple Inc. por infringir las patentes de diseño. Adicionalmente, el jurado dijo que Samsung también le debe a su competencia $5.3 millones de dólares adicionales, por infringir las patentes de utilidad.
Obviamente, la compañía surcoreana no quedó satisfecha con la situación. «La decisión de hoy es contraria a un fallo unánime de la Corte Suprema a favor de Samsung sobre el alcance de los daños por patentes de diseño», dijo Samsung en un comunicado en ese entonces. «Consideraremos todas las opciones, para obtener un resultado que no obstaculice la creatividad y la competencia leal para todas las empresas y consumidores».
Pero por su parte, y como es de esperarse, Apple emitió una declaración muy diferente. «Creemos profundamente en el valor del diseño, y nuestros equipos trabajan incansablemente para crear productos innovadores que deleiten a nuestros clientes», dijo Apple. «Este caso siempre ha sido más que simplemente dinero. Apple encendió la revolución de los teléfonos inteligentes con el iPhone, y es un hecho que Samsung copió descaradamente nuestro diseño».
En ese entonces pensamos que no habíamos visto el final de esta situación, pues se especuló que Samsung podría apelar la decisión.