Si vives en Latinoamérica y te gustan los videojuegos, probablemente recuerdas o has oído hablar sobre la emblemática revista Club Nintendo. Para muchos jugadores, esta publicación de la década de los 90 fue una puerta de entrada a un universo lleno de aventuras, estrategias y secretos que, de otra manera, habrían permanecido ocultos. En un tiempo en el que internet apenas empezaba a tomar forma y no existían los tutoriales en video, la revista Club Nintendo se convirtió en la guía imprescindible para los gamers, consolidándose como un verdadero hito en la historia de los videojuegos.
Los comienzos un fenómeno cultural
La historia de Club Nintendo se remonta a 1989, cuando dos apasionados publicistas y gamers, Gustavo “Gus” Rodríguez y José “Pepe” Sierra, fundaron la agencia Network Publicidad. En ese mismo año, adquirieron una NES junto con los juegos Super Mario Bros. y The Legend of Zelda, en una época en la que Nintendo todavía no era muy conocido en México. Poco después, Jorge Nogami, un empresario mexicano que estaba a punto de abrir una tienda oficial de Nintendo en el Distrito Federal, los contactó para que le hicieran publicidad.
En lugar de optar por los tradicionales anuncios en radio y periódicos, Gus y Pepe decidieron crear un boletín quincenal llamado El mundo de Nintendo. Este boletín, aunque modesto en sus inicios, contenía información sobre los títulos más vendidos, trucos y consejos, y rápidamente se convirtió en un éxito dentro de la tienda, aumentando de cuatro a ocho páginas en poco tiempo. La creciente popularidad de esta publicación sentó las bases para lo que pronto se convertiría en un proyecto mucho más ambicioso: la revista Club Nintendo.
El nacimiento de la revista
El 8 de diciembre de 1991 salió a la venta el primer número de la revista Club Nintendo, un proyecto que nació gracias a la colaboración entre Network Publicidad, Ediciones Continentales y Teruhide Kikuchi, un ejecutivo japonés de C. Itoh, distribuidor oficial de Nintendo en México. Posteriormente, se distribuyó en Sudamérica en diferentes ediciones regionales, siendo la primera en Chile a partir de septiembre de 1992. Un mes después, llegó la edición para Colombia, que también se distribuyó en Venezuela.
La revista fue concebida como un medio para informar y promocionar los productos de Nintendo, pero rápidamente se transformó en mucho más que eso. Durante sus primeros años, la producción de la revista era artesanal: las portadas se elaboraban con aerógrafo sobre cartón, las fotos de los juegos se tomaban directamente del monitor, y las imágenes y mapas se dibujaban a mano. Sin embargo, estos desafíos técnicos no detuvieron su crecimiento; al contrario, le dieron un carácter único que llamaba la atención de los lectores.
Un aliado indispensable para los gamers
Uno de los aspectos más valorados de la revista Club Nintendo era que ofrecía guías y trucos. En una época en la que superar un nivel complicado o encontrar un secreto oculto podía llevar semanas, la publicación ofrecía soluciones detalladas que hacían la vida del gamer mucho más fácil. Ya fuera para revelar los misterios de The Legend of Zelda: A Link to the Past o dominar las técnicas de Street Fighter II, la revista siempre estaba ahí para salvar el día.
Además, en cada número, se evaluaban los juegos más recientes, ofreciendo una perspectiva única sobre su jugabilidad, gráficos, historia y valor general. Estas reseñas se convirtieron en una herramienta clave para los jugadores al momento de decidir qué juegos comprar o evitar. La confianza que los lectores depositaban en las opiniones de la revista era tal que muchas veces un juego recomendando por Club Nintendo se agotaba rápidamente en las tiendas.
Con el tiempo, la Club Nintendo comenzó a evolucionar: se empastó, agregó más páginas, y lanzó ediciones especiales que se convirtieron en verdaderos objetos de colección. La revista también tenía guiños para los lectores, como un rombo oculto en cada portada y una imagen que se formaba en los lomos al juntar las 12 ediciones del año desde 1995. Con un diseño colorido y llamativo, la revista Club Nintendo no solo informaba, sino que capturaba la esencia misma de los videojuegos.
La interacción con la comunidad
Otra de las características que hizo especial a la revista Club Nintendo fue su interacción con la comunidad de jugadores. A través de secciones como “Correo N”, los lectores enviaban cartas, dibujos y consultas, fomentando un sentido de pertenencia. En un mundo en donde no existían las redes sociales, esta sección era un espacio donde los gamers podían compartir sus experiencias y conocimientos, creando lazos que trascendían las páginas de la publicación.
La popularidad de la revista también creció gracias a la realización de fiestas, reuniones y torneos, además de lanzar promociones y concursos. Club Nintendo llevaba a cabo sorteos y competencias que ofrecían desde consolas hasta juegos y merchandising exclusivo, lo que hacía que muchos lectores esperaran ansiosos cada número para participar. De esta manera, lograba una conexión profunda con su audiencia, convirtiéndose en una referencia para jugadores de todas las edades.
El fin de una era
Con el paso de los años, la tecnología avanzó y el acceso a información sobre videojuegos se volvió más fácil. A pesar de estos cambios, Club Nintendo se mantuvo relevante durante casi tres décadas, adaptándose y ofreciendo siempre contenido de calidad. Finalmente, después de 23 años de publicaciones mensuales, la revista concluyó su ciclo en enero de 2019. Sin embargo, su legado sigue vivo en la memoria de quienes crecieron leyéndola.
Para muchas personas, Club Nintendo fue más que una revista: se convirtió en un hito cultural y un referente clave en la historia de los videojuegos en América Latina. Su impacto fue tan grande que su legado sigue vivo, recordado por quienes formaron parte de esa gran comunidad de gamers. Con sus guías, consejos y reseñas, Club Nintendo se mantiene como un símbolo de nostalgia para toda una generación de jugadores.