En 1984, el centro de computación de la Academia de Ciencias de la URSS le solicitó al ingeniero informático ruso Alekséi Pázhitnov que probara las capacidades de distintos tipos de hardware.
El profesional lo hizo al desarrollar un videojuego que se pudiera ejecutar en ellos. Era bastante simple, una especie de puzzle que consistía en situar y ordenar distintas figuras que se desplazaban de arriba hacia abajo en la pantalla.
Por supuesto, cada línea completada se borraba en automático y el jugador corría el riesgo de que las figuras se acumularan si no era capaz de ordenarlas de manera apropiada.
Básicamente, lo que el matemático quiso hacer fue emular al Pentominó, su juego favorito, que era un rompecabezas en el que uno o varios jugadores debían encajar piezas geométricas en un cuadro de madera.
Así nació uno de los videojuegos más populares de todos los tiempos, el Tetris. Su inicio fue exitoso, ya que tanto Pázhitnov como sus colegas desarrollaron una especie de adicción a este, tanto que no lo podían dejar en un primer momento y fingían realizar otras tareas para que no fueran recriminados en su lugar de trabajo.
Reconocimiento tardío
Pázhitnov, que nació un 14 de marzo pero de 1956, no recibió derechos de autor por su creación, ya que el juego pertenecía al régimen soviético.
Esto recién ocurrió en 1996, cuando él y un compañero formaron la empresa The Tetris Company. Desde ese año, la firma cuenta con los registros de propiedad para todas las plataformas en casi todo el mundo.
“No es una postura, son hechos, es historia”, aseguraba el mismo Pázhitnov en una entrevista.
La fama del popular título comenzó en 1991, cuando el ingeniero informático aterrizó en Estados Unidos. En ese territorio, el juego fue recibido con los brazos abiertos y llegó a ser presentado como “el juego que consiguió escapar de la URSS”.
Después de tantos años, Pázhitnov por fin ha conseguido el reconocimiento que merece, ya que en 2007 recibió el Game Developers Choice Awards First Penguin Award, premio que le fue otorgado por ser pionero en el mercado de los videojuegos casuales.
A partir de ese momento el profesional ha recibido varias distinciones gracias a su icónico y recordado Tetris.