La historia de la célebre estafa nigeriana de la herencia millonaria no se remonta a Nigeria ni tampoco a África, sino a una pareja de abogados estadounidenses que en 1994 descubrió que, con el mensaje adecuado y una herramienta de comunicación masiva, era posible hacer dinero a costa de la incredulidad de los cada vez más y más usuarios de internet.
Laurence Canter y Martha Siegel eran dos abogados del corte de Saul Goodman, del clásico de la televisión Breaking Bad. Pocos escrúpulos y mucha astucia, por decir lo menos. Ambos frecuentaban un foro de internet llamado Usenet, donde se creaban páginas de discusión en torno a temas específicos. Entre ellos vieron la posibilidad de hacer una fortuna al estafar a los usuarios con el trámite de una solicitud para obtener un permiso de residencia o Green card, que para ese entonces Estados Unidos entregaba mediante un programa de lotería a fin de fomentar la diversidad de la migración. Era un trámite gratuito y simple, pero Canter y Siegel cobraban por ello.
Ninguno de los dos tenía conocimientos técnicos, así que contrataron a un programador que diseñó un software para enviar su publicidad a los usuarios de Usenet por primera vez un 12 de abril de 1994. Miles mordieron el anzuelo y se inauguró una nueva era en internet: la del spam con fines comerciales.
La fechoría de Canter y Siegel no solo se convirtió en historia, sino también en un caso ante la Asociación Estadounidense de Abogados de Inmigración (AILA, por sus siglas en inglés). El también abogado y activista Ray Everett, que ese año trabajaba en la AILA eliminando publicidad engañosa en perjuicio de inmigrantes, terminó por llevar el caso. Recuerda que al llegar a su oficina el 13 de abril de 1994 se encontró con una pila de faxes furiosos y un buzón lleno de quejas de estafados.
En diciembre de ese año, la pareja de abogados dijo haber amasado unos $100,000 dólares con su anuncio spam.
Tres años más tarde, la Corte Suprema de Tennessee quitó la licencia de abogacía a Canter y Siegel.
No obstante su deteriorada reputación entre los juristas, ambos se volvieron celebridades por hacer dinero de la nada e incluso publicaron un par de libros sobre cómo lograrlo.
Carne enlatada y el siglo XIX
La astucia y mala leche de Laurence Canter y Martha Siegel fue pionera en el uso del spam o correo basura con fines comerciales, pero no del término y ni siquiera del medio en sí.
Varios estudiosos de la red coinciden en que el primer spam se envió el 3 de mayo de 1978 en la red precursora de internet ARPANET, usada por el Departamento de Defensa de Estados Unidos. En esa fecha, Gary Thuerk, un sujeto que trabajaba para una compañía de distribución de ordenadores, envió un mensaje a 400 de los 2,600 usuarios de ARPANET para anunciarles la presentación de nuevas computadoras. El mensaje es considerado el primer spam de la historia.
Claro que en ese entonces la acción de Thuerk no era conocida como spam.
El término no fue acuñado sino hasta los años ochenta, luego de que en un sketch del programa cómico de la BBC Monty Python’s Flying Circus se repitió en varias ocasiones la palabra spam, que correspondía a una marca de comida enlatada. La tonada con la que todos los actores en escena repetían la palabra ilustró de buena manera la sensación generada por la práctica que adquiría un nuevo significado gracias al internet.
Aquel sketch dio origen al término, pero el concepto de enviar un mensaje “basura” a miles sería incluso más antiguo, tanto que remonta al siglo XIX. El 29 de mayo de 1864, cuando la telegrafía había habilitado el envío de un mensaje a múltiples destinatarios, trascendió que decenas de prominentes londinenses habían recibido un telegrama que anunciaba los servicios como dentista de un tal Gabriel.