Los robots asesinos dejaron de ser personajes de películas de ciencia ficción. Con el avance de la inteligencia artificial, ya existen prototipos de máquinas mortíferas que tienen la capacidad de elegir sus objetivos de forma autónoma.
Este avance preocupa a los organismos internacionales de derechos humanos, como Human Rights Watch (HRW) que este lunes presentó un informe sobre los robots asesinos, informó Digit.
El estudio, publicado por Human Rights Watch, sugiere que un número creciente de países apoyaría planes para prohibir a las armas autónomas y evitar un mayor desarrollo de dichos sistemas.
“Deteniendo a los robots asesinos: posiciones de los países sobre la prohibición de armas totalmente autónomas y el mantenimiento del control humano” revisa las políticas de 97 países que han debatido públicamente o han considerado el uso de sistemas autónomos de armas desde 2013.
“Treinta países han expresado su deseo de establecer un tratado internacional, mientras que varios legisladores, expertos en inteligencia artificial, empresas privadas y organizaciones internacionales también han respaldado los llamados para prohibir los sistemas de armas autónomos”, destaca la entidad.
“Eliminar el control humano del uso de la fuerza se considera ahora una grave amenaza para la humanidad que, como el cambio climático, merece una acción multilateral urgente. Un tratado de prohibición internacional es la única manera eficaz de hacer frente a los graves desafíos que plantean las armas totalmente autónomas”, destacó Mary Wareham, directora de defensa de la división de armas de Human Rights Watch.
Las naciones han participado, entre 2014 y 2019, en ocho reuniones de la Convención sobre Armas Convencionales (CCW) donde se exploró el uso de sistemas autónomos de armas letales.
Países como Austria, Brasil y Chile han propuesto tratados jurídicamente vinculantes destinado a garantizar un “control humano significativo” sobre las funciones críticas de tales sistemas de armas.
Sin embargo, el informe señala que varias potencias militares, incluidas Rusia y Estados Unidos, han reprimido los esfuerzos para explorar la introducción de regulaciones.
Además, estas naciones continúan invirtiendo fuertemente en las aplicaciones militares de los sistemas de armas basados en IA.